viernes, 28 de diciembre de 2012

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 12


«Narra Ana»
Me di la vuelta lentamente, y Louis hizo lo mismo a mi lado. Mis ojos se cruzaron con los de Harry, que estaba parado allí, sin saber qué hacer.
Traté de tranquilizarlo con la mirada.
-¿Por qué lo has hecho? -Me preguntó.
-Odio que se metan con mis amigos. -Le susurré.
Miré por encima de su hombro, Robert, el jefe de estudios me miraba enfadado. Tragué saliva, solo esperaba que los castigos no fueran muy duros aquí.
-Estarás dos semanas limpiando las ventanas y los pasillos, por la noche. Sola. -dijo.
Asentí y agaché la cabeza.
-No es solo su culpa. -Intervino Louis. -Yo también he participado. -Mintió.
-Entonces usted también está castigado. -Añadió Robert. -¿Alguien más?
Harry hizo el amago de hablar, pero le 
Interrumpí antes de que lo hiciera.
Pensé en decirle a Robert que Louis no tenía nada que ver, que la pelea la había empezado esa estúpida de Maggie, pero me había visto volcar el tomate en su pelo, y a ella salir corriendo. Era su palabra contra la mía, y naturalmente, nadie se pondría de mi parte. Y bueno, Louis no me dejaría quitarle las culpas que se había echado a sí mismo.
-No, nadie más. -dije.
-Está bien, acompañadme los dos a mi despacho, os voy a poner una amonestación.
Louis y yo le seguimos en silencio. Nos anotó en un cuaderno bastante viejo y usado, y después rellenó dos folios sueltos.
-Quiero que los traigáis firmados por vuestros padres. -Nos dijo entregándonos los folios.
Me quedé afligida mirando mi parte, no sé qué dirían mis padres. Me acordé de que estaban en España, y pensé que podía salvarles de la decepción de que su hija, la que nunca se había comportado mal, tuviera un parte y un castigo la primera semana.
-Tengo un problema. -le dije a Robert. -Mis padres están en España.
El jefe de estudios no dijo nada, solo buscó entre las fichas de los alumnos y sacó la mía.
-Tienes razón -dijo mientras leía mi ficha.
Un rayo de esperanza se encendió, quizá mis padres no tendrían por qué enterarse.
-Pero tranquila, les enviaré el parte por fax. -Me dedicó una sonrisa torcida.- Ah, el castigo empieza hoy a la noche, podéis salir.

Louis me abrió la puerta y me dejó pasar. Se apresuró a cerrar y caminó a mi lado, dándome la mano.
-Maldita tecnología y malditos faxes. -dije
Louis se rió.
-Al menos estamos juntos. -dijo sonriendo. 
Louis dijo algo mas, pero no le oí porque justo en ese momento, sonó el timbre del fin del almuerzo y todo el mundo se arremolino en el pasillo, esperando a entrar a clase. Louis y yo pasamos como pudimos, y corrimos a nuestra aula, entramos justo un instante antes que la maestra. Nos sentamos en nuestros sitios y entonces nos dimos cuenta, bueno, Louis se dio cuenta de que yo llevaba la camiseta manchada de tomate seco. Se quitó su chaqueta de chándal y me la ofreció. Me la puse y le di las gracias.
Me reí para mis adentros cuando pensé en que Maggie, debía estar en clase, con el pelo manchado.

Louis jugueteaba con mi mano sin atender a la maestra. En realidad nadie en la clase lo hacía, era una de esas clases pesadas en las que la aguja parece andar hacia atrás en lugar de hacia delante. Lisa me pasó una nota por encima de la mesa.
"¿Que os han dicho?" -ponía escrito a boli rojo.
Cogí mi boli azul del estuche para diferenciar mi mensaje del suyo y le contesté.
"Nos han castigado dos semanas y nos han puesto un parte"
Doblé la nota y la tiré hacia delante, cayó sobre la mesa de Lisa, que la abrió, la leyó y me hizo un gesto con la mano que significaba: "Luego hablamos".

Me pasé las tres últimas horas prestando total atención al maestro, ya que no quería mas amonestaciones por falta de atención. Cuando por fin sonó el timbre de las 15:00 todo el mundo se levantó a toda prisa menos Louis, que estiró los brazos a mi lado para desperezarse, y yo aproveché para colarme entre ellos y abrazarle. Me dio un beso en la frente y salimos juntos de la clase.
Al atravesar el patio para ir a la residencia, vimos a Maggie, se había puesto un gorro de lana en la cabeza para ocultar el tomate a pesar de que era Septiembre y no hacía mucho frío.
Louis y yo reímos.
Cuando llegamos a la residencia, Louis se despidió de mi y se fue a su habitación, ya que yo le había dicho que tenía que estudiar para mantener la nota y no me quitaran la beca.
Toqué en la puerta y Lisa me abrió, estaba estudiando sola.
-¿Y Ally? -le pregunté.
-Ha salido con un chico, el caso es que no me he querido decir quién. Quiere que sea un secreto.
Alcé las cejas y puse los ojos en blanco.
-No será secreto por mucho tiempo.
Lisa soltó una carcajada.
-¿Vas a obligarla a hablar? -preguntó.
-Oh sí que lo haré. -dije asintiendo lentamente con la cabeza.
Tiré mi cartera encima de mi litera, me subí a ella y me eché para repasar todas las asignaturas que habíamos dado.
Al cabo del rato me aburrí de estudiar, avisé a Lisa que estaba tumbada en su cama y cogimos mi teléfono móvil, y llamamos a Allyson, que estaba en su cita misteriosa.

«Conversación telefónica»
-¿Si, digame? -dijo nada mas descolgar.
Puse el móvil en altavoz para que Lisa también oyera.
-Hola Ally, ¿dónde estás? -pregunté.
Allyson se puso nerviosa, estaba en algún lugar con mucha gente, ya que podía ir el ruido de las conversaciones a su alrededor a través del móvil.
-Eh.. ahora no puedo hablar Ana, ¿te llamo luego va? -dijo intentando deshacerse de mi.
-¿Con quién hablas? -preguntó la voz de un chico, con todo el ruido que tenían alrededor no la pude reconocer. Allyson le siseó para que se callará.
-Eh, bueno, hasta luego Ana. -me dijo, y seguidamente me colgó el teléfono.
[...]

«Narra Louis»
-Hasta esta noche, preciosa. -dije abrazando a Ana y dándole un beso corto en los labios.
-Venga, hasta luego. -Me contestó sonriendo y devolviéndome el beso.
Subí por las escaleras a la habitación que compartía con Harry. Este estaba dentro tumbado en su litera superior.
-¿Que os han dicho? -me preguntó cuando me vio entrar.
-Castigados fregando por las noches. -Le contesté tirándome sobre mi cama. -Y un parte a cada uno.
Harry se quedó callado un rato, después asomo la cabeza por el borde de su litera y me miro.
-¿Castigados juntos?. 
Su voz estaba cargada de veneno. Asentí con la cabeza mirándole fijamente.
Harry suspiró. -Genial, juntos. -dijo sarcásticamente. -Que os lo paséis bien.

Yo sabía que Harry andaba resentido conmigo por lo de Ana. En un principio pensé en apartarme de ellos y dejar que fueran felices juntos, pero sabía de sobra como era Harry, y sabía que tarde o temprano le haría daño. Y decidí ser egoísta y quedarme con la chica de mis sueños. Me quedé mirando a la litera superior dónde estaba echado Harry. Añoraba los buenos momentos con él, habíamos sido amigos por años, y todo se había echado a perder. Tanto él como yo habíamos tenido la culpa, él por mujeriego y orgulloso, y yo por intentar ser feliz con la persona que quiero.
Cerré los ojos y visualicé ese maravilloso día en King Cross, dónde empezó mi historia con Ana, mis peleas con Harry. Sonreí para mis adentros, por una parte agradecía que todo hubiera pasado.

viernes, 21 de diciembre de 2012

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 11


El resto de la semana pasó sin ningún problema, Maggie no se nos había vuelto a acercar y parecía que su obsesión por Harry había disminuido. Lisa había pedido que la trasladasen a nuestra habitación, y le colocaron una tercera cama frente a nuestras literas. Al fin era viernes, Louis lo tenía preparado para ir a jugar al paintball al día siguiente. Era la única cosa de la que habíamos hablado durante la semana, ninguno de los ocho habíamos ido nunca. 

Todos los chicos nos sentamos juntos en la que habíamos bautizado como "nuestra mesa oficial". Estaba situada en la pared izquierda, junto a una ventana. En la mesa de al lado se sentaban Tyler, Daniel, Jess y Mike de mi clase y otros dos chicos mas a los que no conocía, y en la del otro lado se sentaban un grupo de chicos de 1 de ESO muy ruidosos, pero graciosos también, con los que bromeábamos desde nuestra mesa. 

Tragué la última patata del almuerzo, me despedí de los chicos y les dije que me iba a mi habitación a dejar los libros de las asignaturas que ya había dado. Tiré las sobras de mi bandeja a la basura, y la deje en la pila con las bandejas y cubiertos del resto de los alumnos. 
Atravesé el patio que separaba la residencia, de la cafetería y de la escuela. Llegué a mi habitación y rebusqué en mi bolsillo la llave de la puerta, lo encontré vacio. Metí la mano en el otro, solo estaba el móvil.
-"Genial, ya me la he dejado dentro". -Me dije para mis adentros. 
Volví sobre mis pasos para pedir a Ally la suya. Bajé los escalones corriendo, vi que alguien subía, pero era demasiado tarde, ya había saltado los últimos escalones como solía hacer. Caí encima del chico, empujándonos a los dos al suelo.
-A ver si miras antes de saltar, Ana. -dijo.
Me reí. Me había chocado con Harry, que se estaba sacudiendo los pantalones y peinándose el pelo.
-Lo siento Hazza. -dije. -¿Adonde ibas?
-A tu habitación. Ya he acabado de comer, y eres la única persona con la que me apetece estar. -me sonrió -¿Donde ibas tú?
Le sonreí a Harry, era bonito que me dijera eso. 
-Iba a pedirle a Ally las llaves, me he olvidado las mías dentro. 
-Eres torpecilla, eh Evans.
-Habló el mas habilidoso de toda Londres. -contesté riéndome.
Harry me sonrió formando esos hoyuelos tan cuquis que aparecían cuando me sonreía. 
Me agarré de su brazo y comenzamos a caminar hasta que llegamos a la puerta del patio. No pudimos seguir mas, ya que Maggie, la chica que estaba por Harry, se puso en la puerta. Nos puso cara de asco cuando vio que cogía a Harry del brazo.
Pero dibujó una sonrisa falsa, y dijo:
-¿Ya va la parejita a dar un paseo juntos? 

«Narra Harry»
Maggie se echó el pelo hacia atrás con un movimiento de cabeza, y alzo las cejas como exigiendo una respuesta a su pregunta.
Desearía poder gritarle que sí, que íbamos a dar un paseo y que estábamos juntos, pero no podía, si miento ahora, tendré que arrastrar la mentira hasta terminar el instituto, y no puedo, porque arrastraría a Ana conmigo, y le haría daño. Ella quiere a Louis. 
-¿Pareja? -respondí a Maggie. -Ella y yo solo somos buenos amigos.
En el rostro de Maggie se dibujó una sonrisa cortante. Ella volvía a ser la cazadora y yo la presa.
-Ah. -empezó a decir.
Sin soltar a Ana de la mano y sin dar tiempo a Maggie de acabar, salí por la puerta del patio y aceleré a la cafetería. Noté que Maggie corría detrás nuestra por el ruido que hacían sus mini-tacones al corretear.
Nos siguió hasta la mesa en que estaban los demás chicos. 
Ana fue a donde Ally para pedirle las llaves.
Maggie me tocó en el hombro y carraspeo para llamar mi atención.
Me volví para escucharla, no tenía otro remedio. 
-Y Harry...¿Te has pensado lo de salir conmigo?
Suspiré y me pasé una mano por el pelo para ponerlo bien.
-Mira Maggie, creo que te lo dejé claro el año pasado. No, no voy a salir contigo. No me gustas tú, me... Me gusta otra chica.

Odio. Definitivamente era odio lo que desprendía la mirada de Maggie. Se acercó a la mesa y cogió un puñado de espaguetis con tomate del plato de Niall, que la miró entre disgustado y enfadado, y me dio con él en la camiseta. Todo el comedor se volvió para mirar. 
-Eso por decir que no te gusto. -dijo Maggie bastante histérica.
Me quedé sin saber qué hacer, obviamente no voy a tirarle comida porque lo empeoraría, así que me quede allí paralizado.
-¿Pero tú eres tonta? -gritó Ana, que avanzaba detrás mía. Se colocó entre Maggie y yo. Louis también se levantó y se situó junto a Ana, cogiéndola de la cintura, preparado para defenderla si hiciera falta. -No es de extrañar que no le gustes a Harry, eres una histérica.-terminó de decir.
En respuesta, Maggie le tiró el resto de los espaguetis que le quedaban. 
-Y eso, -dijo. -Eso por dejarme la palabra en la boca el otro día.
Ana empezó a reírse. De Maggie. Era la primera persona que se atrevía a hacerlo. Se agachó al lado de Niall, y le susurró algo al oído, luego cogió el cartón de tomate de sus espaguetis, se acercó a Maggie y se lo derramó sobre el pelo.
-Y eso, por manchar mi camiseta nueva.
Maggie soltó un grito, y por un momento pensé que se iba a armar una pelea de comida, pero no, lo único que hizo fue sonreír maliciosamente, y salir corriendo del comedor, haciendo como la que lloraba.
Un segundo después de que Maggie hubiera desaparecido por la puerta, un carraspeo grave, nos hizo ponernos en tensión.

sábado, 8 de diciembre de 2012

DARE TO DREAM - CAPITULO 10


El timbre del cambio de clase me resonaba en los oídos, me levanté deprisa, y Louis hizo lo mismo después de mí. Una hora antes nos habíamos peleando por pillar sitios todos juntos.
Las mesas estaban colocadas de dos en dos, así que Louis se sentó a mi lado en la fila de mesas junto a la pared y a tres mesas de distancia del maestro, Allyson se había sentado con una tal Lisa, en las dos mesas de delante de nosotros y Niall se las había apañado para convencer a nuestro tutor de que le dejara juntar una mesa al lado de la de Allyson.
Dejé a Louis hablando con Niall de sus cosas y salí al pasillo a tomar el aire. 
Vi a Harry que venía corriendo por el pasillo, y se paró justo en frente de mi.
-Buenas, Hazza. -le dije sonriendo.
-Buenos días, preciosa. -Me contestó.
Tenía el pelo alborotado y las chapetas coloradas, estaba muy mono. Le pasé la mano por el pelo para peinárselo un poco.
-Estás muy guapo después de hacer gimnasia. -Le dije.
Me sonrió con esa perfecta sonrisa suya y se acercó a mi oído.
-Yo soy guapo siempre. -Me susurró, se apartó y me guiñó un ojo.
-Oh, por supuesto Hazza, olvidé tu perfección. -dramaticé de manera exagerada.
-Já, Já. -dijo. -¿Que tienes ahora?
-Griego, creo. ¿Tu?
Harry se mordió el labio, como hacía cada vez que pensaba.
-Economía. -dijo finalmente. -Me voy, mi maestro va por allí. -me dijo señalando a un señor calvo que venía desde la otra punta del pasillo, los observé entrar y luego entré yo también a mi clase. 
Louis estaba en mitad de una guerra de tizas con Niall, y otros tres chicos de la clase, Daniel, Jess y Tyler. Fui esquivando tizas y me senté en mi silla. Allyson y Lisa se dieron la vuelta para hablarme.
-¿Que tal tu primer día? -Me preguntó Ally.
-Bastante bien. -Contesté sonriendo.
-Mira, te presento a Lisa, acabo de conocerla. También es de España, ¿lo sabías?
Negué con la cabeza.
-Encantada. -dije inclinándome sobre la mesa para darle dos besos.
No me dio tiempo a hablar nada mas con ella, porque Louis llegó y se apoderó de toda mi atención.
Estuvo un rato hablándome, y me sentía culpable por no estar escuchándolo, pero es que es simplemente con mirarle a los ojos y perderme en ellos. Pareció darse cuenta de que le oía sin escuchar, y chasqueó los dedos en frente de mi cara para llamar mi atención.
-¿Te has enterado? -preguntó.
-Eh... No, ¿podrías repetirlo? -dije, y me mordí la lengua pretendiendo que quedara un gesto mono.
Louis puso los ojos en blanco y se rió.
-Que si te parece bien que este sábado vayamos a jugar al paintball. -repitió.
-¿Lo de la pintura?.
Louis asintió.
-¡Por supuesto! -dije emocionada. -Siempre he querido ir.
-Genial. -dijo Louis y se inclinó para darme un beso.
Yo alce la cabeza y cerré los ojos. Y allí estaba otra vez esa sensación de electricidad que me recorría todo el cuerpo. Me levanté un poco de la silla para acercarme más a Louis y este me sentó en sus rodillas sin dejar de besarme. Pasé los dedos por su pelo una y otra vez, hasta que unos golpes dados con el borrador en la pizarra hicieron que me separara. El maestro estaba allí de pie y mirándonos.
Se me subió la sangre a la cabeza en cuestión de segundos, haciendo que mi cara estuviera mas roja que un tomate. Me levanté de las rodillas de Louis y me senté en mi silla, con los codos apoyados en la mesa y las manos en las mejillas, para que no se me viera la cara. A mi lado, Louis se reía por lo bajito y me pasaba la mano por la pierna izquierda. 
Sonó el timbre de nuevo, esta vez para la hora del almuerzo. Niall, Lisa, Allyson, Louis y yo bajamos conjuntamente hasta el comedor, donde habíamos quedado con Harry, Liam y Zayn.
-¡Hola chicos! -saludé alegremente moviendo la mano.
-Hola, ¿Que tal tus primeras tres horas de clase? -Preguntó Zayn.
-Geniales. -dije. -Por cierto, os tengo que presentar a alguien. -añadí poniendo una mano sobre el hombro de Lisa. Todos los chicos me prestaron atención. Me dirigí a Lisa.
-Lisa, estos son Louis y Niall, ya les conoces de la clase. -dije. -Y estos son Liam, Harry y Zayn. -añadí señalándolos respectivamente. -Y finalmente, -dije volviéndome hacia los chicos. -Esta es Lisa.
Lisa y los chicos intercambiaron los respectivos saludos de dos besos y entramos a comer. Cuando llegó nuestro turno en la cola, cogimos la comida y nos dispusimos a buscar una mesa para los ocho. Mientras caminábamos por los pasillos, una chica rubia, y con la cara delgada llamó a Harry con una voz muy aguda. Harry la saludó sin entusiasmo, entonces la chica se levanto y corrió hacia Harry, que no tuvo más remedio que parar. 

«Narra Harry»
Avanzaba tras Ana y Louis en busca de una mesa, cuando una voz familiar me llamó.
-Haaarryyy. -Gritó con voz chillona. 
Maggie Storm, rubia y con el pelo lacio. Estaba por mí desde el año pasado.
La saludé con pocas ganas, y seguí adelante tras los chicos. 
Para ella no era suficiente, se levantó de su silla y corrió hacia mí. Los demás se apartaron unos pocos metros y se quedaron observando mientras me esperaban.
-¿Por qué no me has llamado este verano? -Me preguntó
-No he estado mucho por Londres. -Mentí. 
Me miró recelosa, como si desconfiara. Normal en ella, es de esas típicas chicas que se creen perfectas, que se encoñan por un chico y una vez que consigue que salgan con ella, los deja a las dos semanas. Siempre se comportan igual, y sé lo que viene ahora. La tanda de preguntas.
-¿Y dónde has estado? -Me preguntó.
Miré nervioso a los lados, no podía decir que he estado en Cheshire, me pillaría. Miré a los chicos pensativo, la vista se me fue directa a Ana, Louis le estaba susurrando algo al oído, y vi en ella la solución.
-He... He estado en España, en casa de una amiga. -Mentí de nuevo.


«Narra Ana»
-Eh vamos Louis, no te rías. -dijo Liam pegándole en el hombro a Louis. -Sabes que Maggie lleva casi un año detrás de Harry.
-Lo siento, lo siento. -Se disculpó Louis.- Es que todavía no me creo que Hazza no se haya librado de ella. 
Miré a Harry y a esa tal Maggie en silencio. 
-¿Por qué no vas y le salvas? -Zayn me zarandeó para que le prestara atención. 
-¿Que me habías dicho? -le pregunté.
-Que vayas allí y salves a Hazza de las manos de Maggie, cazadora de chicos.-dijo Zayn y nos reímos todos.
-¡Si, eso! -gritaron a coro todos los demás.
-Vale, vale. ¿Algún consejo? -les pregunté?
Louis se inclinó sobre mi oído y susurró:
-Si, cógele del brazo y pégate a él. Veras la cara que se le queda a Maggie.
Puse los ojos en blanco y avancé hacía Harry. Cuando estuve a su lado rodeé su brazo con los míos y tiré un poco de él. Sin mirar en ningún momento a Maggie dije:
-Vamos Hazza, te estamos esperando.
Maggie carraspeó para llamar mi atención y me dio varios toquecitos en la espalda. Me reí bajito sobre el hombro de Harry antes de darme la vuelta, la tos de Maggie era exactamente igual a la de la profesora Umbridge de Harry Potter.
-¿Tú debes de ser la española, cierto? -Me preguntó molesta.
-Sí, soy yo. -dije. -¿Por qué?
Harry se liberó de mi brazo y me paso el suyo por la cintura. Maggie nos miró con desprecio, seguramente no sabrá que estoy con Louis y que Harry solo es un buen amigo.
-Por nada, ¿Que tal tu verano con Harry? -Me preguntó.
Miré a Harry confusa, no entendía el por qué de esa pregunta. Harry me pellizco con la mano la cintura, para avisarme de que le siguiera la corriente.
-Oh, genial, nos lo hemos pasado muy bien. Creo que el año que viene repetiremos. -dije mostrándole a Maggie una sonrisa bien ancha. -Ahora si no te importa, nos vamos a comer. 
Nos dimos la vuelta, y volvimos caminando hacía los chicos.
-Wow, eso ha sido increíble. -dijo Louis sentándose en una mesa libre.
-¿El qué? -pregunté.
-¡Has dejado a Maggie Storm con la palabra en la boca! -dijo emocionado.
-Si, lo pagaras caro Ana. -me dijo Harry.- Y yo también. 

viernes, 30 de noviembre de 2012

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 9

«FLASHBACK»
Louis se apartó de la pared y se colocó frente a mí, de manera que yo quede entre él y la pared. Louis se fue acercando cada vez más a mí, pasó uno de sus brazos por detrás de mi cintura, y el otro por detrás de mi cabeza. Yo por mi parte, puse mis brazos sobre sus hombros, acercándome cada vez más a él, y él mas a mí. Tenía sus labios a dos centímetros de los míos, sentía el aliento de Louis sobre el mío y entonces cerré los ojos y me besó.
Fue tierno, mientras me besaba me iba acariciando el filo de la cara con una de sus manos.
No sé si Louis tenía pensado parar en algún momento, pero el oficial sí que lo pensaba porque se acercó a nosotros y nos dio un toquecito en los hombros.
Nos separamos rápidamente. Yo supuse que tenía la cara roja como un tomate.
-Este no es sitio, caballero. -Le dijo a Louis. -Y usted, -Esta vez se refirió a mí. - Ya van dos veces hoy.
Se alejó de nosotros, satisfecho de sí mismo por habernos interrumpido y fastidiado tan claramente. Cuando estuvo a cierta distancia, Louis volvió a girarse hacía mí.
-Tengo que irme ya, he quedado con un amigo. -dijo.
-¿Ese amigo es Harry? -pregunté.
-Si -contesto con un deje de tristeza en su voz. -Y le gustas mucho, no me perdonaría si yo saliera contigo -me dijo.
Volvió a inclinar su cabeza con la mía y me dio otro beso, esta vez muy corto.
-Por lo que pudo haber sido, y no fue. -dijo apenado.
Tras decir esto se marchó corriendo de la estación, le seguí con la vista hasta que se perdió entre la muchedumbre de turistas que visitaba esta parte de Londres.
«FIN FLASHBACK»

-Por lo que pudo haber sido, y no fue. -Repetí las palabras que hacían eco en mi mente.
Louis suspiró y se sentó a mi lado. Notaba como las lágrimas se formaban en mis ojos, amenazando con derramarse en cualquier momento.
-Ha sido una tontería intentarlo. -Dijo Louis. -Yo sabía lo que Harry siente por ti, pero traté de ignorarlo. Soy un egoísta.
Las lagrimas empezaron a caerme de los ojos. Yo sabía lo que estaba tratando de decirme Louis, pero tenía que preguntarlo.
-Louis...¿Qué quieres decir con eso?
Louis me secó unas cuantas lágrimas antes de contestarme.
-Que no podemos estar juntos. -Dijo.
Sollocé y enterré mi cara en la camisa de Louis. No quería salir de allí jamás. Pasó un rato hasta que Louis habló de nuevo.
-Vamos, solo han sido dos semanas, y apenas nos hemos visto siete días. -Dijo tratando de consolarme.
-Siete días son suficientes para saber que te quiero. -Le dije entre sollozos.
Ambos nos quedamos así al menos diez minutos, yo abrazada a él llorando, y él con su cabeza sobre mi hombro.
-Por favor Louis, inténtalo de nuevo.-
Insistí.
Louis me apretó más fuerte.
Levanté mi cabeza para mirarle, también tenía lágrimas en los ojos.
-Por favor. -repetí.
Louis bajó su mirada y se quedó un largo rato mirando nuestras manos entrelazadas, cuando levantó la cabeza de nuevo algo en sus ojos había cambiado, y sin secarse las lágrimas se acercó más a mí y me besó. Después de un rato se incorporó, cogiéndome entre sus brazos. Hasta que sonriendo, me dejo levantarme de sus rodillas. El se levantó después de mi.
-¿Te parece si vamos con los chicos? -Me dijo tras darme un beso en la frente.
-¿Significa eso que vamos a intentarlo?-sonreí esperanzada.
En respuesta, Louis me dio un beso en los labios.
-¿Tu qué crees? -Me sonrió, mis ojos se llenaron de lagrimas, esta vez de felicidad. Louis se frotó las mangas de su chándal contra los ojos para secarse las lágrimas. Y yo hice lo mismo. Cuando retiré las manos Louis soltó una carcajada.
-Deberías mirarte al espejo, pareces un panda.
-¿Qué? -pregunté sorprendida.
En respuesta, Louis cogió un espejo que Zayn había dejado en la mesita de noche y me lo puso en frente de la cara. Me llevé las manos y la boca, y empecé a reírme. Al llorar, todo el rímel se me había caído abajo, formando un cerco negro en cada uno de mis ojos, y al darme con la mano para secar el ojo lo había extendido.
-Al menos eres un panda cariñoso. -Louis se rió de mi. -¿Me dejas sacarte una foto? -Dijo cogiendo su móvil del bolsillo.
-¡No! -grité y me abalancé sobre Louis para impedir que me sacara la foto. Acabamos tirados en el suelo, luchando por quitarnos el móvil. Louis se rindió.
-Voy a lavarme la cara a mi habitación, ahora vuelvo. -Le dije a Louis.
Fui corriendo y con la cabeza agachada todo el trayecto a mi habitación. Una vez allí, entré al pequeño cuarto de baño que tenían todas las habitaciones, me lavé la cara y volví a pintarme la raya del ojo.
Volví sobre mis pasos a la habitación de Louis y este me salió de ella rápidamente con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Quieres un bocado? -Ne dijo mostrándome una zanahoria.
Me reí.
-Pequeñito. -dije. -Siguen sin gustarme.
Louis se rió, me cogió de la cintura y me dio un pequeño beso en la boca mientras andábamos.
Nos encontramos con los chicos en un parque cercano al internado. Allyson se había ido a visitar a su madre. Había olvidado que ella era de Londres. Pasamos un rato charlando mientras paseábamos por los jardines, yo iba cogida de la mano de Louis, y sorprendentemente era la primera vez que no íbamos corriendo. Sonreí en mi interior. Liam nos llevó hasta su heladería favorita y nos invitó a todos a helados.
-¿Habrá alguno de zanahoria? -preguntó Louis.
Todos nos reímos, instintivamente miré a Harry. Sabía lo que él sentía por mí y me preocupaba que sufriera al verme con Louis. Un poco de la presión de mi pecho desapareció cuando lo vi riéndose con los demás.

Nos pusimos en orden para pedir los helados, en el mostrador del puesto solo cabían tres, de manera que Liam, Zayn y Niall pidieron primero. Cuando dejaron el mostrador libre nos tocó el turno a mí, a Louis y a Harry, que se colocaron a ambos lados dejándome en medio.
-Yo quiero uno de estos. -dijo Harry señalando un helado de la tabla.
-Yo quiero otro igual. -le dije al heladero.
Giré la cabeza a mi derecha para mirar la reacción de Harry y me lo encontré con la vista fija en mi. Le sonreí y le pasé la mano por el brazo, de arriba a abajo, y apreté los dedos en torno a su mano un segundo, como si pudiera pasarle toda mi felicidad a través de ella. Le solté la mano y volvió a cogerla envolviéndola en la suya, dejándola atrapada hasta que el heladero volvió con nuestros helados.
-¿Cual quiere usted? -preguntó el heladero a Louis.
-Ese de ahí. -Dijo señalando a la tabla.
Harry y yo empezamos a reírnos por lo bajito.
-¿Qué pasa? -Nos preguntó Louis.
-Nada, nada. -Contestamos Harry y yo al mismo tiempo.
-Entonces, ¿De qué os reís?
-Louis, -empecé a decir. -¡Es de lacasitos!
Harry y yo estallamos en carcajadas mientras Louis nos miraba.
-Pues cuando me lo acabe, no os pienso dar ninguno. -dijo Louis haciéndose el enfadado.
El heladero le trajo el helado de lacasitos a Louis, lo vi contener la risa al dárselo, contuve la risa, no quería que se enfadara. Liam pagó y volvimos al parque a comernos los helados.
-Definitivamente son los helados más ricos que he probado nunca. -le dije a Liam.
Este abrió la boca para contestar algo, pero Louis le interrumpió.
-Mentira, el mejor es mi helado de zanahoria casero.
-¿Ah, pero es considerado comida? -Le contestó Harry de cachondeo.
Miré a Harry y sonreí para mis adentros, era la primera vez que se dirigía a Louis sin rencor.
Louis le sacó la lengua a Harry en respuesta a su comentario y sonrió.
-Yo estoy de acuerdo con Harry. -dijo Zayn.
-Y ya somos tres. -añadió Liam.
Louis se hizo el indignado, y le dio un lametón a su helado de lacayitos.
-Yo estoy con Louis. -dijo Niall.
-Pero eso no vale. -empezó a decir Harry. -Niall se lo come todo.
Todos nos reímos un momento, después me miraron con cara de esperar algo.
-¿Qué? -pregunté.
-Solo faltas tú por opinar. -Me dijo Zayn.
-Ah, yo...yo estoy con vosotros chicos. -Les dije a Harry, Zayn y Liam.
-¡Já, ganamos! -gritó Harry y levantó la mano para que la chocara. Se la choqué y me reí. Louis y Niall nos sacaron la lengua, pero luego se rieron también.
A las 21:00 llegamos al internado, justo media hora antes del toque de queda.
Fuimos al comedor y comimos rápidamente el menú que había preparado la cocinera, la señora Grint.
Me despedí de los chicos, que se fueron en seguida a las habitaciones, menos Louis que se quedó cinco minutos conmigo abrazándome y charlando a solas.
-Bueno, nos tenemos que ir, te recojo mañana en tu habitación. -Me dijo Louis mientras subía las escaleras.
-¡Buenas noches, Lou, te quiero! -le grité.
Llegué a mi habitación y me cambié de ropa en silencio, Allyson ya estaba dormida. Me tiré en la cama y me quedé durmiendo en cuestión de segundos, mejor, porque mañana tendría que asistir al primer día de clase oficial.

viernes, 23 de noviembre de 2012

DARE TO DREAM - CAPITULO 8



Ella seguía sosteniendo su cabeza en mi hombro, aproveché para apoyar la mía en la suya. Y me tomé unos segundos para responder a su pregunta.
-Era Sally Mathew, mi ex novia, la que me perseguía cuando entre en tu casa.
Ella quitó su cabeza de mi hombro para mirarme y sonrió.
-Que chunga es. -dijo.
Solté una carcajada. -Ni que lo digas. -contesté. -Sally y yo estábamos juntos en karate cuando empezamos a salir -dije.

Ana me miraba sorprendida. De esa mirada me esperaba cualquier cosa. Que me preguntara porque habíamos roto, porque Sally y yo nos odiábamos, porque ella me perseguía el día que me colé en su casa... Pero no, Ana era especial, no se interesaba en cosas del pasado. "Agua pasada no mueve molinos" me dijo en una ocasión. Y yo estaba al cien por cien de acuerdo con ella. Tampoco le interesaban los chismes, ni cotillear, ella intentaba sacarle siempre el lado positivo y divertido a las situaciones.

-¿Harry Styles haciendo karate? -soltó una carcajada. -Me gustaría haber estado para verlo.
No pude evitar reírme. Mi imagen de hace dos años siendo golpeado patéticamente una y otra vez, me vino a la memoria.
-No te rías. -Dije dándole con el puño en el hombro. -Era realmente bueno. -Mentí.
-¿En serio? -Paró de reírse en seco y me hizo esta pregunta sorprendida, se había tragado mi mentira.
-No, la verdad es que era un palo.
Ambos echamos a reír. No recuerdo un momento tan feliz como ese. Ella siendo ella, natural, como siempre y yo siendo realmente yo, sin presiones ni malos rollos. Me quedaría allí bromeando con ella todo el día, pero habíamos quedado a las 12 y el reloj corría en mi contra.
Me levanté y le tendí las manos para ayudarla a que se levantara. Cogió mis manos y tiré de ella un poco más fuerte de lo necesario, para que al levantarse, la fuerza la tirara en mi brazos. Nos quedamos así unos segundos y fuimos a reunirnos con los demás chicos. Louis nos hacía señas sentado en la escalera de la residencia de chicos. A su lado estaban sentados Liam, Zayn y Niall, que también nos saludaban con la mano. Ana y yo les devolvimos el saludo y antes de entrar al edificio, Ana se giró y me dijo:
-Tenemos que contarle a Louis lo del beso.
-Está bien. -Suspiré. -Se lo cuento yo, fui yo quien empezó.
Ana me asintió con la cabeza y se dirigió hacia Louis, que se levantó y le dio la bienvenida con un beso, envolviéndola en sus brazos durante un largo rato. Como desearía ser él.
-Agg, parad ya tortolitos.
Allyson, la amiga de Ana acababa de llegar. No pude evitar reírme quizás demasiado alto con ese comentario. Ana me miró y señaló con los ojos a Louis. Era el momento de decir la verdad.
-Oye Louis... Tengo que decirte algo, a solas. -Dije, y señale la puerta que daba a la calle. Salí por ella y Louis me siguió. Cuando estuve seguro de que nadie me escuchaba, le conté a Louis todo lo ocurrido. Y se marchó, sin decirme nada, ni una palabra, ni un gesto de enfado. Nada que me hiciera saber si estaba enfadado, o me había perdonado.

«NARRA ANA»

Cuando entre por la puerta, Louis vino corriendo a darme un beso y abrazarme. Llevábamos un rato pegados cuando Ally nos interrumpió con uno de sus comentarios.
Harry se rió muy demasiado alto, lo que me recordó que era él quién tenía que contarle a Louis lo ocurrido.
Le hice una señal a Harry y este se llevó a Louis para hablarle a solas.
Pasaron siete minutos eternos.
Louis entró por la puerta un poco afligido pero no enfadado, al menos no aparentemente y se fue a su habitación. Harry entró tras él, encogiéndose de hombros, estaba tan confuso como yo. Me acerqué a él.
-¿Que ha pasado Harry? -susurré.
-Nada, se lo conté y se fue sin decir nada. -Me contestó.
Me quedé mirando a la escalera por dónde Louis se había ido, no sabía que significaba ese silencio, pero me esperaba lo peor.
-Chicos, ¿por qué no os vais vosotros? -les dije a Niall, Zayn, Liam, Ally y Harry. -Yo tengo que hablar con Louis.
Harry me miró tristemente, pero se marchó con los demás. Yo subí las escaleras de la residencia de chicos a toda mecha y toqué varias veces en la puerta de Louis. Tras unos segundos, la puerta se abrió y Louis apareció tras ella. Nos quedamos los dos callados unos momentos.
-Bueno, pasa dentro. -Dijo Louis dejándome hueco para pasar.
Entré y me senté en una de las camas.
-Tenemos que hablar. -Me dijo. -¿Te acuerdas del día que nos conocimos?
Asentí con la cabeza.
-Vale. -Dijo. -Intenta recordar lo que te dije cuando me despedí.
Me concentré en ese primer día y reviví cada palabra que tuvimos, hasta que encontré la respuesta que Louis quería que recordara.

viernes, 16 de noviembre de 2012

DARE TO DREAM - CAPITULO 7



[Narra Ana]
Llegué a mi habitación y me eché en la cama. Traté de no pensar en Harry, y en la mirada de odio que me había lanzado, pero me era imposible. Tenía cada gesto suyo grabado en la memoria, repitiéndose una y otra vez hasta que no pude soportarlo mas. Le dije a Allyson que iba a hablar sobre mi beca a secretaría, esa era una mentira convincente.
Saqué el teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón y envié un mensaje a Harry. Esperaba que lo leyera y decidiera venir a hablar conmigo. Bajé corriendo las escaleras de la residencia de las chicas y busqué el banco que estaba colocado en el jardín del edificio, justo en frente de la puerta de salida.
Miré la hora en el móvil, llevaba cinco minutos sentada cuando Harry apareció por la puerta. Inmediatamente me puse en pie y ambos nos quedamos paralizados. Los ojos se me llenaron de lágrimas al verlo, quería correr a abrazarle y después salir a pasear y charlar alegremente, como amigos, igual que los primeros días.
Harry comenzó a andar hacia mí.
-Eh...¿Sobre qué querías.. -empezó a decir.
No lo dejé terminar, un impulso desconocido para mí hizo que corriera hacia ese chico y lo enterrara entre mis brazos, para que no escapase nunca.
Empecé a sollozar su nombre sin darme cuenta de que lo hacía.
Tras unos momentos, una sensación cálida me recorrió entera.
Harry estaba pasando sus manos por mi espalda una y otra vez. Tenía sus labios apoyado en mi pelo, y el aire que expulsaba al expirar me hacía cosquillas. Sollocé de nuevo.
-¿Piensas que te odio?
La pregunta de Harry fue clara y directa y no supe cómo responderle.
-Porque si de verdad piensas eso, estas equivocada. -siguió. -Porque me gustas desde el día que te conocí, y nada hará que deje de quererte.
Aquellas palabras de Harry supusieron un alivio tremendo para mí, me quería, y de algún modo, yo también le quería a él. Lo abracé lo más fuerte que pude y llevé una de mis manos a su pelo rizado. Era suave, sus rizos se deslizaban entre mis dedos y podía sentir el cuerpo de Harry encajado en el mío, más relajado de lo que nunca antes había sentido.
Alcé mi cabeza para mirar a Harry, las lágrimas seguían cayendo de mi cara, pero eran de felicidad. Sentía que ya estaba todo arreglado, que las cosas entre Harry y yo regresarían a su sitio y volveríamos a ser felices.

[Narra Harry]
Ella alzó la cabeza para mirarme, ríos de lágrimas recorrían sus mejillas. Me dolía verla así, creo que eran lágrimas de felicidad, pero en algún momento fueron de dolor. Aun llorando era hermosa, las lagrimas hacia que sus ojos azules brillasen con más intensidad. Quité una de mis manos de su espalda y la lleve a su cara para secarle las lágrimas. En el momento en que mi piel rozo con lo suya un escalofrío me recorrió de una punta a otra de mi cuerpo, y no pude resistir el impulso. Me apreté mas contra ella valiéndome de la mano que todavía tenía colocada en su cintura, mientras pasaba la otra detrás de su cabeza para que no pudiera escaparse, entonces en cuestión de milésimas de segundo, mis labios estaban apretados contra los suyos. Ella se sentía como una parte más de mi cuerpo, no se movía pero no intentaba separarse de mí. Me pregunte cuanto duraría este momento y si ella se enfadaría después conmigo. Disfruté del sabor de sus labios y de su textura. La tuve que obligar suavemente para que entre abriera la boca. Cuando lo hizo, encajé nuestras mandíbulas y fui besando alternativamente el labio superior y el inferior. Sentí sus brazos, que se agarraban con fuerza en mi cuello, y esta vez, fue ella la que presionó sus labios con los míos. Había conseguido que se implicara en el beso. Todo lo que sucediera después merecería la pena. Era una de las sensaciones más maravillosas del mundo, y ahora que Ana estaba poniendo de su parte, podría durar todo lo que quisiéramos.
Esa sensación de mariposas en el estómago, nunca creí en ella. Pero era real.
Trasladé mis brazos hasta la parte baja de su espalda, y la apreté contra mí obligando a nuestros cuerpos a estar completamente juntos, cerré los ojos y me preparé para besarla de nuevo. Esperaba sentir sus labios de nuevo, pero no sucedió. Se separó bruscamente de mí, o eso pensé durante un segundo, porque cuando abrí los ojos la vi tirada en el suelo, con la nariz y la boca sangrando. De pie, a su lado, con el puño lleno de la sangre de la chica a la que amaba, la persona que más problemas me había causado en la vida y a la que mas odiaba sin duda.
-¿Que has hecho? -grité enfadado, más de lo que nunca había estado. -¿Es que naciste así de imbécil o te enseñaron a serlo?
Escupí cada palabra con la intención de destruir a la persona que tenía delante, pero permanecía de pie, inmóvil, con una sonrisa engreída dibujada en la cara.
-Oh, ¿te molesta que la toque, Styles? -dijo agarrando a Ana de la muñeca y levantándola bruscamente del suelo.
Sentí ganas de hundir mi puño en el estomago de esa ¿persona? No, ni eso, más bien animal, esa era la palabra.
-Me molesta que existas. -Solté
Tenia agarrada a Ana, marcando mis movimientos, si me acercaba demasiado, la volvería a hacer daño.
-Que pena, ricitos. -Me dijo. -El hecho es, que existo y mientras lo haga, te hare la vida imposible.
Dicho eso, retorció la muñeca de Ana, que grito de dolor, lo que alarmo al jardinero, un hombre anciano pero fuerte que trabajaba para el instituto desde que era joven y que vino a mirar lo que ocurría.
-Parece que tu novia se va a librar. -dijo, y empujo bruscamente a Ana hacia delante, con la intención clara de tirarla al suelo, pero yo llegué antes y la sostuve. La enterré entre mis brazos y la bese en el pelo calmándola.
-Ya nos volveremos a ver. -me amenazó mientras se iba corriendo y se perdía tras los setos de la cancela de salida.

Sorprendentemente, Ana no lloraba, saque pañuelos de mi bolsillo y le limpie la sangre de la nariz y la boca.
Debía dolerle ya que la tenía algo hinchada pero no se quejó. Era una chica fuerte, otra razón de más para quererla.
Cuando fui a limpiar por última vez sus labios, sentí el impulso de volver a besarla y sin siquiera habérselo ordenado a mi cerebro mis labios volvieron a presionarse con los suyos durante unos segundos.
Esta vez se apartó de mí.
-No somos novios, Harry. -me dijo tratando de sonar suave.
Suspiré.
-Lo sé. No debería haberte besado, no pude controlarme.
Ella paso una mano por mi cara y puso mi pelo tras la oreja.
-No te culpes, también yo te bese.
Me sonrió. Ah, su sonrisa. La octava maravilla del mundo. Capaz de iluminar un día nublado con lluvia.
Le devolví la sonrisa.
-Solo espero que te haya gustado. -dije, fingiendo un tono casual.
Ella se rio, y apoyo su cabeza en mi hombro.
-Me ha encantado. -dijo.
Se quedo callada observando cómo trabajaba el jardinero, que había vuelto a su trabajo. Al rato pregunto:
-¿Quién era, Harry?