viernes, 26 de octubre de 2012

DARE TO DREAM - CAPITULO 5


Harry por supuesto. ¿Quién sino? Intente soltar sus manos de mis ojos, pero él no lo permitió.
-No hasta que adivines quien soy. -dijo.
-Esta bien, eres el tonto que entro a mi casa. -le susurré.
-El sexy, querrás decir.
-Oh si, sexy. -llene mi voz de sarcasmo, pero de sarcasmo sano, el que usan los amigos entre sí. 
Intenté de nuevo en vano soltar sus manos.
-No hasta que lo digas bien. -repitió.
-¡Harry! -me queje.
-Dilo bien.
-Vale -dije resignada. -Eres el sexy que entro a mi casa.
-¿Ves? No era tan difícil. -asintió satisfecho.
Volteé mi cabeza para poder verlo, el tenía la cabeza agachada hacia mí por lo que cuando me giré, nuestras caras quedaron a cinco centímetros de distancia. Harry dibujo de nuevo esa sonrisa que hacía que la cara se le llenara de hoyuelos y llevo una de sus manos a mi cara para retirarme un mechón de pelo que me tapaba la cara.
-Me lo parece a mí, ¿o ahora somos compañeros de clase? -dijo arqueando las cejas. ¿Saldrás conmigo ahora?
Puse los ojos en blanco, pero no pude evitar sonreír.
-Por favor. -Insistió Harry.
Desvié la vista hacia un lado y me encontré con los ojos de Louis clavados en los míos, sonriéndome. Estaba sentado a dos asientos de Harry, entre ellos dos se sentaba Zayn, quien me saludó con un gesto de la cara. Mire a Louis de nuevo y le devolví la sonrisa, solo esperaba que Harry, quien también seguía atento a mí, no notara a quien iba dirigida.
-Harry, yo tengo que pensarlo...
No sabía que contestarle ni cómo salir de esta situación en la que Harry me había puesto. Afortunadamente, la directora volvió a carraspear en el micrófono para centrar de nuevo en ella toda la atención que había perdido.
Le estaré agradecida a esa directora eternamente. Durante la siguiente media hora que duró el discurso, Harry tocaba distraídamente mi pelo, ondulándolo entre sus dedos. Sentaba bien, no me sentía capaz de decirle que parara. 
Cuando la directora indico que el discurso había acabado y que podíamos marcharnos, salté de mi silla, dispuesta a esquivar a Harry, pero él me agarró del brazo y me detuvo.
-¿Nos vemos esta tarde? -preguntó. Solo como amigos, sin presión. -añadió al ver la confusión en mi cara.
-No se Harry..
-Esta bien. -dijo algo apenado. -Si cambias de idea, estoy en la residencia de chicos.
Me despedí de Harry y sus amigos en la puerta, y subí corriendo a mi habitación en la residencia de las chicas. Saqué el móvil del bolsillo de mis vaqueros y marqué el numero de Louis. Tardaba en contestar, esperé durante 30 segundos hasta que al fin, descolgó y la voz de Louis me saludó al otro lado de la línea.

CONVERSACION TELEFONICA.
-¿Qué hay? -saludó alegremente. -Estaba con Harry en la habitación, he tenido que poner una excusa para salir.
-¡Louis, necesito hablar contigo!
-¿Sobre qué?
-Sobre tu, yo y Hazza, es urgente. Ven a verme a mi habitación. Que no se entere nadie.
-No hará falta, ya le he dicho que estamos saliendo. 
-¿Se lo ha tomado bien?
-No, está muy enfadado y triste también. De todas formas quiero verte. En cinco minutos estoy en tu habitación ¿vale?
-Vale.
FIN COVERSACION.

Solo tenía cinco minutos para deshacerme de Ally, que chateaba con el móvil ociosamente en su litera.
-Ally...¿Te importaría dejarme la habitación un momento?
-Eh...no, supongo que no. -dijo esta levantándose de su cama. -¿Por qué? ¿Has quedado con alguien?
Yo asentí con la cabeza.
-¿Un chico tal vez? -dijo sonriendo pícaramente. -Te dejo sola, pero si me cuentas todo lo que pase.
-Esta bien, te lo contaré. -dije resignada. -Rápido, vete ya, está a punto de llegar. -La empuje a través de la puerta. 
-¿Quién es? ¡Dime solo eso! 
-Ya te enteraras... !Luego te cuento!
El corazón me iba a cien, Louis iba a llegar de un momento a otro, solo de pensar que iba a estar cerca suya a solas, hacia que mi mente volara en mil direcciones diferentes, imaginando todas las situaciones posibles en las que Louis y yo somos felices juntos. Pero Harry, no sé lo que iba a hacer con él.
[...]
Toc Toc. Louis estaba en la puerta de la habitación. Aunque yo le estaba esperando mi corazón se aceleró todavía mas. Salte de la silla en la que estaba sentada, me miré al espejo para ver si estaba bien, y corrí a abrirle la puerta. Él estaba de pie, erguido y con una expresión seria que se transformó en una sonrisa de oreja a oreja cuando cruzó el marco de la puerta. Abrió sus brazos y me envolvió con ellos mientras me daba un beso en el cuello, debajo de la oreja. Pase mi mano entre su pelo. El levantó la cabeza y me dio un corto beso en los labios. Después de eso, Louis separó nuestras cabezas y suspiró profundamente.
-Harry... -dijo Louis sentándonos en la litera de Ally. -Está fatal, muy enfadado, dudo que quiera volver a verme.
Me sumergí en sus profundos ojos azules, buscando una respuesta que dar a Louis. Lo cogí de las manos. 
-Pero es que a mí me gustas tú. 
Baje la mirada a nuestras manos, Louis había entrelazado sus dedos con los míos. Nos quedamos callados unos momentos, hasta que el soltó una de sus manos y me alzó la cabeza.
-Encontraremos la manera de que Harry lo entienda, ¿vale? -dijo.
Asentí con la cabeza, luego Louis me atrajo hacia él y me apretó tan fuerte que me quedaba sin aliento.
Toc, Toc. La puerta volvió a sonar, Louis y yo nos separamos y corrí a abrir la puerta. Allyson entró corriendo, estaba nerviosa y gritaba.
-¡ANA! ¡Van a poner las listas! ¡En media hora! ¡Aww, ojala estemos juntas! 
-Hey, cálmate. Seguro que caemos juntas. ¿Qué optativa elegiste?
-Humanidades. -dijo Allyson. -¿Tu?
-Humanidades también.
-¡Genial! -dijo Louis saltando de la cama. -¡Estaremos juntos en clase! 
Me sonrió. Por unos momentos me olvidé de que Allyson estaba allí y corrí hacia Louis y lo abracé tan fuerte como pude.
-Lo vamos a pasar de miedo. -le susurré al oído.
-Estoy seguro de eso. 
Se separó un poco de mi y puso su frente contra la mía.
-Te quiero. -me dijo.
Que él me confesara que me quería me pilló de imprevisto, pero me encantó. Deseé que estuviéramos solos en la habitación y deseé que Louis lo dijera de nuevo. 
-Repítelo. -dije, probablemente con una sonrisa de oreja a oreja.
-Te quiero. -Volvió a decir Louis.
No creo recordar ningún otro momento más feliz, ni más bonito que este. Pasé mis manos por el pelo de Louis y las deslicé hasta su cara, al mismo tiempo, el pasó las manos recorriéndome la espalda y descansándolas en mi cintura. Me puse de puntillas y le besé. Primero en la línea de su barbilla, luego en la comisura de la boca y finalmente en los labios. En respuesta, él presionó sus manos en mi cintura y me acercó todavía mas a él. Separó sus labios unos centímetros y luego los volvió a presionar con los míos.
¿Sabéis esos momentos perfectos que apenas duran unos segundos? Pues este era uno de ellos. No sé cuanto rato podríamos haber pasado así, pero como siempre pasa, los momentos bonitos no duran mucho.
-Ejem, ejem. -Allyson carraspeó para llamar nuestra atención. 
Louis y yo nos separamos con las caras tan rojas como un tomate.
-Menudos tortolitos, no quisiera saber qué hacéis cuando estáis solos.
Miré a Louis, y él me miró a mí. Ambos comenzamos a reírnos mientras Allyson nos miraba atentamente.
-Te diré que hacemos... -comenzó a decir Louis.
-Si, te lo diremos. -dije yo.
-Entraras en shock cuando lo sepas. -le advirtió Louis.
-¡No quiero saberlo! -Allyson se tapó los oídos. Louis y yo esperamos de pie a que se los destapara. Cuando finalmente lo hizo, grite:
-¡Helados de zanahoria!
Louis estalló en carcajadas y yo me uní a ellas. Mientras, Allyson nos miraba perpleja.
-¿Qué? -Nos preguntó.
-Helados de zanahorias. -dije yo. -Louis es todo un maestro, aunque a mí no me gusten.
-Que dos se habéis juntado. -Dijo Allyson sonriéndonos. -Será mejor que bajemos a ver las listas.
Allyson se dirigió hacia la puerta, pero justo antes de que abriera el pomo. Louis la detuvo y le dijo:
-¿Quieres proba.. -Allyson le interrumpió.
Allyson se rió. -Por supuesto. -Abrió la puerta y salió por ella. -Vamos, tenemos que comprobar si estamos juntos.

viernes, 19 de octubre de 2012

DARE TO DREAM - CAPITULO 4


Habían pasado dos semanas, y ya el último día de las vacaciones.
Me levanté de la cama, pensando en colocar toda mi ropa, comprar comida y decorar mi nueva habitación, que estaba hecha un desastre.
Harry todavía no me había llamado, y Louis no me había contado nada de él en las veces que lo había visto. 
Empezaba a ponerme nerviosa porque al día siguiente tenía que ir a un instituto nuevo.
Me visto con unos shorts vaqueros y una camiseta de mangas cortas a rayas azules claritas y oscuras, cojo algo de dinero y salgo a comprar comida para el desayuno.
Tras dar dos vueltas por el supermercado como una tonta, consigo encontrar la sección de dulces, me quedo mirando todas las marcas que hay. De repente, alguien me tapa los ojos con las manos por detrás.
—Hey, ¡Adivina quién soy! -dice alegremente.
—A ver... Tú eres... ¡El tonto que entro en mi casa! -digo quitando sus manos de mis ojos y dándome la vuelta. Harry me miraba con esos ojos grandes verdes suyos. Dibujó una sonrisa que hizo que su cara se llenara de hoyuelos, lo que la hizo más adorable. Pero esta vez no iba solo, a su lado había otro chico, que era un poco más bajito que él, rubio y con unos ojos azules que igualaban la perfección de los de Harry.
—No sé si tonto es la palabra, yo prefiero que me llames el sexy que entro a tu casa —dice sonriendo.
— ¿Que tienes que comprar? Te ayudamos.
— ¿Sexy? No te lo crees ni tú. —Me reí. —Pues estoy comprando el desayuno. —digo señalando la estantería de las galletas.
Una chispa cruzó por los ojos de Harry e iluminó su cara, algo más o menos como la bombilla encendida de los dibujos animados que indica que al personaje se le ha ocurrido una brillante idea.
—Ven con nosotros, no hace falta que compres nada, te invito yo. —Me dice tirándome del brazo. 
—No se Harry...
—Además te lo debo, por lo del otro día. —Insistió.
—Bueno, vale. —digo sabiendo que nada en el mundo impediría a Harry abandonar la idea de invitarme a desayunar.
Me llevó a un Starbucks que había cerca de allí. Su amigo fue casi todo el trayecto en silencio, caminando al lado de Harry. Nos sentamos los tres en una mesa lejos de la ventana y pedimos tres batidos.
—Bueno, ¿Me lo presentas? —le digo a Harry y señalando a su amigo con la mirada.
—Soy Niall. —dijo su amigo.
—Encantada. —Le digo. —Yo soy...
—Tu eres Ana. —Me interrumpe Niall. —Harry nos ha contado cómo se escondió en tu casa. —Dijo riéndose. —Es la primera vez que le pasa algo así. También dice que ha conseguido tu numero y que no se lo dará a nadie. Dice que eres muy gua… ¡Ay! 
Harry le había dado un codazo en las costillas.
— ¿Y si termináis y pagamos ya? —Comenta Harry levantándose rápidamente e interrumpiendo la conversación —Sera mejor que nos demos prisa, vamos tarde.
Puse los ojos en blanco y seguí a Harry y a Niall hasta la puerta.
Salimos a la calle, Harry avanzaba a pasos largos por delante de Niall y de mí. Creo que estaba un poco molesto. Al torcer la esquina, nos indico que subiéramos a un taxi que había libre. Corrió a subirse al asiento delantero y Niall se sentó a mi lado en los de atrás. Pasamos todo el viaje callados y fue muy raro, porque Harry hablaba como una cotorra, al menos, el día que lo conocí.
Al parar el taxi, Harry me acompañó a la puerta de mi casa, donde paró en seco y fijó su mirada en la mía.
— ¿Louis te gusta? –preguntó algo picado.
— ¿Qué? —Dije totalmente perpleja, había acertado de lleno, pero decidí hacerme la tonta.
—Zayn me contó que había traído a una chica a casa. Pregunté a Louis, al final soltó que eras tú.
El estomago me dio un vuelco. Louis me gustaba sí, pero no quería ver a Harry así de mal. No por mi culpa.
— ¿Harry? ¿Estás celoso? ¿Por qué? Soy un orco.
— ¡No lo estoy! —Dijo Harry, que seguía picado, aunque estaba a punto de soltar una carcajada. — ¿Orco? No digas tonterías.
—No las digo, y Harry, sonríe. Los hoyuelos te hacen más guapo.
Harry no puedo reprimir una de sus perfectas sonrisas.
—Vale vale, tengo que irme, nos vemos. —Me dijo. —Al final saldrás conmigo, siempre salgo con quien me gusta. -Me dijo, algo más alegre.
—Que ego tienes, Hazza.
Los dos reímos unos momentos.
Se despidió de mi con dos besos en la cara, volvió al taxi y se subió atrás con Niall. Mientras el taxi se alejaba, Niall se asomo por la ventanilla.
— ¡Harry acaba de decirme que vas a ser su no ¡Ay!
Otro codazo. 
—Me reí. —Adiós chicos y Harry no le maltrates —les grito.
Harry se dio la vuelta en el asiento trasero y me sacó la lengua, yo le devolví el gesto mientras me despedía moviendo la mano.
Saque las llaves y abrí la puerta, iba caminando, con la mente en las nubes por lo que Harry me había dicho. ¿Era posible que le gustara? ¿Y qué iba a hacer yo? Louis y Harry. Ambos me gustaban. Anduve hasta la cocina y me eche agua en un vaso. Continúe dándole vueltas a la mente, tirada en el sofá hasta que un grito, el de una chica en el piso de arriba me sobresaltó.
Subí corriendo a la planta de arriba y entre de sopetón en la habitación de donde provenía el ruido.
— ¿Pero qué cojones pasa? -chille, casi sin aliento.
—Quítamela, quítamela. —Me pedía a voces una chica.
— ¿El qué? —Le pregunté, algo más calmada pero aún histérica.
—La araña, quítamela. -Dijo señalándose entre las paletillas de la espalda.
—Joder chica, ni que fuera a comerte.-Le digo riéndome. 
—Ya sé que no puede hacerme nada, pero les tengo fobia.
—Ah, que mal. -digo. -Tú debes ser Ally mi compañera de piso. Encantada de conocerte, yo soy Ana. -dije extendiéndole una mano. — ¿Qué te parece si te ayudo a colocar tu equipaje?
—Ah, ¿pero no lo sabes? -pregunto Ally extrañada.
— ¿Saber qué? 
—Cuando empiece el curso, es decir, mañana, tendremos que mudarnos a una habitación de la residencia de estudiantes en el colegio. -Me explicó Ally.
—O sea, que vamos a un internado. -dije.
Allyson asintió con la cabeza.
—Que palo -continúe diciendo. —Ahora tengo que recoger todas las cosas.
—Anda, que te ayudo.-me dijo. —Tenemos que tener todas las cosas en nuestra nueva habitación antes de clase.
[...]
—Estoy molida. -dije tras haber metido la ultima maleta dentro del taxi. 
Habíamos llenado el maletero al completo con el equipaje de Ally, y los asientos traseros con el mío.
—Creo que una se tiene que ir caminando. -Me dice mirando el único asiento que había libre.
—Yo voy, necesito despejarme. -Le dije y añadí para mis adentros: "También necesito llamar a Harry, o a Louis, me dieron sus teléfonos, querrían que los llamara" 
—Como quieras. -dijo encogiéndose de hombros y subiendo al taxi —No te entretengas.
Saque el móvil de mi bolsillo cuando el taxi que llevaba a mi amiga doblo la esquina. 
"Me lo pasé genial ayer contigo, sobre todo en la estación por la tarde. Te he llamado pero no me lo coges ¡Espero verte pronto! Ojala Harry no se enfade. - Louis"
Leí el mensaje tres veces más antes de llamarle. 

*CONVERSACION TELEFONICA*
— ¡ANA! ¿Por qué no cogiste ayer el móvil?
— ¡LOUIS! Pues estuve recogiendo todas mis cosas porque me cambian a una habitación en el instituto y no lo escuche.
—Ah, pues que mal. Yo te iba a invitar a comer helado, ya sabes de qué. Te lo has perdido. -Me dijo con un tono decepcionado.
—Otro día será. -Le dije. —Mira, cuando tenga un rato libre te llamo y nos vemos. ¿Vale?
—Vale, ¡genial! ¿Y qué haces ahora?
—Voy de camino a clase, me divertiré mucho allí. -le dije en tono irónico.
—Venga, no será tan malo -dijo- Bueno, te dejo, yo también tengo clase. Luego hablamos.
FIN CONVERSACION.

Guarde el móvil en mi bolsillo y fui directa al instituto. Allí me encontré a Ally que ya había vaciado el taxi al completo.
—Hey, ¿Y mis cosas? -le pregunté al conductor del taxi.
—Ya las ha subido tu amiga.
—Vale, muchas gracias.
Subí a la habitación y allí me encontré a Ally, que estaba decorando con posters de un grupo de música la pared de al lado de su litera.
—Me he quedado con la de abajo. -Me dijo. -Espero que no te moleste, es que suelo moverme mucho en la cama.
—No pasa nada, además, yo quería la de arriba. -dije tirando mi chaqueta encima de la cama.
—Pues entonces genial -dijo y siguió colocando posters.
Subí a la litera de arriba y me puse los cascos hasta que llegó la hora de entrar a clase. Allyson y yo bajamos al salón de actos, ya que allí harían la presentación del curso.
Allyson entró la primera en la sala y buscó un sitio en las filas del centro, yo la seguí esquivando las piernas de los que ya estaban sentados en sus sillas y me senté a su lado.
Los alumnos restantes tardaron alrededor de cinco minutos en colocarse, cuando estuvieron listos, la directora del colegio subió al escenario.
Era bajita y rellenita, lo que le daba un aspecto muy cándido y amable. 
Carraspeó para llamar nuestra atención y comenzó con su discurso de bienvenida. La escuchaba medio ida, durante el verano olvide el poder sedante que ejercen las charlas en mi cerebro. Me habría quedado dormida de no ser porque las manos de un chico, me taparon los ojos y una voz que resultaba muy familiar para mí, me susurro al oído:
-Hey, ¡adivina quién soy!

viernes, 5 de octubre de 2012

DARE TO DREAM - CAPITULO 3


– ¡Oh Dios, esto es increíble! –Toda la estación de King Cross me miraba a causa de mi grito, varias chicas inglesas se rieron de mi "acento".
Un guardia civil se me acercó y carraspeó para llamar mi atención.
– ¿Busca algo señorita?
Esa pregunta es el sueño de toda Potterhead, o sea, estaba en King Cross, me lo había dejado en bandeja para que dijera lo que siempre quise decir:
 – Si oficial, busco el andén 9 y tres cuartos.
El oficial de policía me echó una mirada entre cansada y enfadada. Trató de contenerse un momento, pero finalmente explotó. Comenzó a reñirme por gritar y armar jaleo en sitios públicos, por la broma del andén nueve y tres cuartos, ya estaba cansado de ella, también dijo que King Cross estaba lleno de Potterheads imbéciles como yo y bla bla bla bla bla.
Mientras me regalaba observé que un chico de pelo castaño y ojos azules nos escuchaba atento, sonriendo divertido. Llevaba una camiseta a rayas blancas y azules y un pantalón rojo del que caían graciosamente unos tirantes. Durante un momento nuestras miradas se encontraron y el puso los ojos en blanco, como diciéndome que aguantara como pudiera la charla del policía.  Yo le sonreí tímidamente.
– ¿Te queda claro o no? –El oficial tuvo que chasquear los dedos frente a mis ojos para que volviera a prestarle atención.
– Eh…sí señor. No lo volveré a hacer. –contesté enseguida.
El policía se dio la vuelta para seguir vigilando que no hubiera ningún altercado en la estación.
– ¡Bú! –Gritó el chico de la camiseta de rayas detrás de mí. – ¿Andén 9 y tres cuartos, me equivoco?
Me reí y negué con la cabeza.  –Yo también pregunté por él el primer día que vine aquí. Por cierto, soy Louis.
–Yo Ana, encantada. –dije estrechándole la mano.
–Es un muggle, no nos comprende. –Dijo Louis refiriéndose al oficial.
Solté una carcajada enorme, lo que hizo que Louis me mirara fijamente con los ojos muy abiertos y sonriéndome. Yo por mi parte no lo podía creer, solo había pasado dos días en Londres. El primer día se me cuela un chico en casa y el segundo lo empiezo bromeando sobre muggles con Louis en King Cross.
–Vaya… –Comenté fingiendo decepción.
– ¿Qué pasa? –Preguntó Louis.
–Nada, solo que acabamos de perder el expreso de Howgarts.
Ambos nos echamos a reír con mi comentario.
-¿Quieres una? -Me preguntó Louis sacando una zanahoria de la bolsa que llevaba.
-No gracias, crudas no me van. 
Al negarle la zanahoria Louis quedó un poco apenado, pero segundos más tarde se dibujó una sonrisa en su cara.
-¿Quieres probar mi exquisita receta de helado de zanahoria? -Me preguntó.
-¿Helado de zanahoria? No sé si me va a gustar. 
-Seguro que te gusta. Vamos ven.
Una sonrisa pícara se dibujo en su cara, acto seguido  me cogió de la mano y echó a correr por la estación hasta que llegamos al exterior. No hacía muy buen tiempo en Londres, había una niebla muy espesa ese día y hacía un poco de frio.
Me guió por las calles de Londres hasta que llegamos a un bloque de pisos de alto standing. Entramos al portal y Louis me hizo entrar en su piso, que era un bajo bastante amplio con jardín.
-¡Ya estoy aquí! -gritó nada más llegar a su casa.
Un chico moreno, alto, y con una mecha rubia le salió al paso.
-Has tardado mucho, ya no nos da tiempo a hacer la comida así que hemos encargado unas pizzas. -le dijo.
-Mejor, porque solo he comprado zanahorias. -dijo Louis mostrando el contenido de la bolsa. El chico moreno comenzó a reírse.
-No sé por qué me extraño. –Dijo el chico. –Siempre son zanahorias.
Louis volvió a cogerme de la mano y me llevó a su cocina. Cuando pasé al lado del chico moreno le saludé y me presenté rápidamente, ya que Louis seguía tirando de mi brazo. 
-Hola, soy Ana. 
El chico dibujó una perfecta sonrisa en su cara.
-Yo Zayn, encantado de conocerte. -Me dijo y me estrechó la mano que tenía libre. Después de esto nos siguió a la cocina.
Era bastante grande para tratarse de la cocina de un piso. En mitad de la habitación había una mesa con cinco sillas colocadas a su alrededor.
-Sentaros ahí. -Dijo Louis.
Zayn y yo obedecimos. Louis tardó alrededor de media hora en pelar las zanahorias y hacerlas puré. Mientras tanto Zayn y yo le observábamos en silencio. Cuando acabó las metió en un Tapper y las metió en el congelador, después sacó otro tapper distinto, ya preparado con antelación con un contenido naranja.
Helado de Zanahorias, la primera vez que veía esa comida y la verdad es que no tenía muy buena pinta.
Mirando el contenido del tapper, las palabras que dijo ayer Harry vinieron a mi mente. «Deberías conocer a mi amigo Louis, está loco, seguro que te hace probar su helado de zanahorias»
¿Será este chico que tengo delante amigo de Harry? Todo me indicaba que sí, se llamaba Louis y bueno, el helado lo delataba.
-Louis…  -comencé a decir. -¿Por casualidad no conoces a un chico que se llama Harry?
Louis y Zayn se miraron unos segundos y empezaron a reírse.
-Si, si es nuestro amigo. Ahora, pruébalo. -Me dijo Louis ofreciéndome el tapper y una cucharilla.
Vi a Zayn por el rabillo de ojo lanzándome miradas de advertencia. Las ignoré, no quería desilusionar a Louis. Era muy simpático y gracioso además de muy guapo. Hundí la cuchara en el helado de Louis y me la llevé a la boca mientras Louis miraba expectante.
Estoy segura de que pude disimular bien la mueca que se formó en mi cara al probar el helado, pero aun así Zayn comenzó a reírse bajito.
-¿Esta bueno? -Me preguntó Louis
-Si, si, riquísimo. -Mentí.
No soy buena mentirosa. Nunca lo he sido. Cuando miento, cambio la entonación de mi voz, mis gestos y siempre me sale una sonrisa que me delata. Y Louis se dio cuenta.
-No te gusta, ¿verdad? -dijo apenado.
-No... -le contesté con un hilo de voz. -Esto... Louis, no te desanimes, la verdad es que nunca me han gustado las zanahorias. -Traté de consolarlo.
-Déjale. -Me dijo Zayn. -Louis te obligará a comerlo dentro de un tiempo, siempre lo hace. Es terco como una mula.
Esto pareció animar a Louis, y me invitó a quedarme a comer con ellos. Entre los dos pusieron tres cajas de pizzas y cuatro vasos con refrescos.
Justo al empezar a comer, apareció otro chico, este era alto, de pelo y ojos castaños. 
-¡Hey, ¿no iríais a comenzar sin mí, no?! -dijo haciéndose el indignado. 
Se sentó en el sitio que había enfrente del mío. -Soy Liam, encantado. ¿Quién eres tú? -me preguntó
-Soy Ana. -dije pasando la mano por encima de la mesa y estrechándola.
Cuando terminamos de comer, Zayn y Liam se quedaron recogiendo la mesa.
Louis dijo que iría a dar un paseo conmigo pero no, su idea de paseo era muy distinta a la mía.
Otra vez me encontraba corriendo por Londres de la mano de Louis, hasta ahora no me había fijado en su sonrisa, blanca, perfecta e inocente. Como la de un adolescente que quiere seguir siendo niño. No me fijé hacia donde me llevaba hasta que divisé al policía de esta mañana.  Louis frenó de repente, lo que hizo que yo me estampara contra su espalda. El se burló de mí y de mi torpeza, pero luego se calmó y con sus dos manos cogió las mías.
-Pensé que sería bonito despedirme de ti en el mismo sitio donde te encontré. 
Louis soltó mis manos y se apoyó en el muro que separaba el andén 9 del 10. Yo hice lo mismo.
-Eres genial, ¿sabes? -continuó diciendo.
Se apartó de la pared y se colocó frente a mí, de manera que yo quede entre él y la pared. No sabía que contestarle, sentía que me ardían las mejillas y el corazón se me aceleraba cada vez que Louis se acercaba un poco más a mí. Pasó uno de sus brazos por detrás de mi cintura, y el otro por detrás de mi cabeza. Yo por mi parte, puse mis brazos sobre sus hombros, acercándome cada vez más a él, y él más a mí. Tenía sus labios a dos centímetros de los míos, sentía el aliento de Louis sobre el mío y entonces cerré los ojos y me besó.
Fue tierno, mientras me besaba me iba acariciando el filo de la cara con una de sus manos.
No sé si Louis tenía pensado parar en algún momento, pero el oficial sí que lo pensaba porque se acercó a nosotros y nos dio un toquecito en los hombros.
Nos separamos rápidamente. Yo supuse que tenía la cara roja como un tomate.
-Este no es sitio, caballero. -Le dijo a Louis. -Y usted, -Esta vez se refirió a mi. - Ya van dos veces hoy.
Se alejó de nosotros, satisfecho de sí mismo por habernos interrumpido y fastidiado tan claramente. Cuando estuvo a cierta distancia, Louis volvió a girarse hacía mí.
-Tengo que irme ya, he quedado con un amigo. -dijo.
-¿Ese amigo es Harry? -pregunté.
-Si -contesto con un deje de tristeza en su voz. -Y le gustas mucho, no me perdonaría si yo saliera contigo -me dijo.
Volvió a inclinar su cabeza con la mía y me dio otro beso, esta vez muy corto.
-Por lo que pudo haber sido, y no fue. -dijo apenado.
Tras decir esto se marchó corriendo de la estación, le seguí con la vista hasta que se perdió entre la muchedumbre de turistas que visitaba esta parte de Londres.