domingo, 12 de mayo de 2013

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 19


«Narra Ana»
Sonó la alarma de un móvil.
Me quedé tumbada boca arriba junto a Louis, que seguía frito esperando que alguien la apagara.
Pasaron 30 segundos hasta que al fin se paró y vi a Zayn moverse y despertar a Lisa, Niall y Allyson. Finalmente subió a mi litera y nos sacudió a nosotros.
-¿Pero qué hora es? -preguntó Louis somnoliento.
-Son las 7.30 vestíos rápido si queréis llegar a clase. -contestó con urgencia.
-¿Clase? -dije yo. -Apenas hemos dormido dos horas. -añadí bostezando.
-No es mi problema que volvierais tarde de la fiesta. -replicó Zayn saltando al suelo.
Puse los ojos en blanco, bostecé de nuevo y apoyé mi cabeza en el pecho de Louis, que había vuelto a cerrar los ojos.
Después de unos cinco minutos Louis me obligó a levantarme y vestirme para ir a clase pese a que yo me negaba a salir de la cama.
-No puedes faltar o no te darán la beca para el año que viene. -me repetía una y otra vez.
"¿Y a quién le importa que tenga o no la beca? Yo solo quiero dormir" me dije para mis adentros.
Louis me dirigió una mirada seria y yo alcé una ceja.
-Si no te vistes tú, tendré que hacerlo yo. -Me dijo.
-Tu veras. -le reté.
Louis puso los ojos en blanco y empezó a rebuscar en mi armario. Me tiró unos shorts vaqueros rasgados, una camiseta de manga corta a rayas azules oscuras y claras, un cinturón fino de trenza de espiga y unas van azules marino. Me quedé mirando la ropa unos instantes.

«Flashback»
-Por cierto, me encanta esa ropa que llevas. -Dijo Louis mientras dejábamos atrás King Cross.
-¿Ah sí? -Contesté bajando la mirada por mí misma.
-Las rayas son muy sexys. -Dijo riéndose. -Yo soy la prueba.
Le miré un instante y luego me miré a mi y entonces me di cuenta de ambos íbamos vistiendo rayas.
Me reí, estaba tan cómoda con él. Era como si le conociera de toda la vida cuando en realidad era la primera vez que lo veía.
«Fin flashback»

Miré a Louis dulcemente y no pude reprimir una sonrisa.
-Esta... Esta es la ropa que llevaba cuando te conocí. -logré decir emocionada.
Louis me devolvió otra sonrisa y asintió con la cabeza.
-¿Te acuerdas? -pregunté sorprendida.
-Tengo ese día grabado a fuego en mi mente, Ana. -me contestó dulcemente.
Solté la ropa en el escritorio y me lancé a sus brazos. Louis me envolvió con ellos cariñosamente y luego sin separase de mí y me dio un beso en los labios.
-¿Sabes cuánto te quiero? -pregunté mientras cogía la ropa y me iba al baño a cambiarme.
-No, pero estoy seguro de que te quiero más. -me dijo desde el otro lado de la puerta.
-Ya, ya, ya, sueña con ganarme. -Dije riéndome.
No podía verlo, pero sabía que Louis me había sacado la lengua. 
-Bueno me voy a vestirme a mi habitación. Pásate por mí. -dijo.
-Vale. -contesté alegremente.

A los diez minutos salí del baño vestida, peinada y con la raya de los ojos pintada y me dirigí a la habitación de Louis, que justo salía por la puerta en ese momento. Cerró y corrió hacia mí y me alzó en el aire. Cuando me bajó de dio un beso en los labios y caminamos hasta la puerta de clase, dónde Niall y Allyson que parecían distantes y enfadados. 
-¿Que hay tortolitos? -les gritó 
Allyson le dirigió una mirada venenosa y Niall agachó la cabeza y suspiró.
-¿Que os pasa? -Pregunté preocupada.
-Nada. -Contestó Allyson un poco borde.
La miré extrañada, no era propio de ella comportarse así, luego entré a la clase y tiré mi mochila al lado de la mesa y me senté a hablar con Lisa, que estaba en la mesa de adelante. 
-Oye, ¿qué les pasa a Allyson y Niall? -le pregunté.
Ella se encogió de hombros.
-No han querido decirme nada pero creo que se han peleado esta mañana antes de que nos levantásemos. Cuando Zayn me ha despertado ya no estaban. -me respondió.
-Ah vale, ahora no digas nada, que viene Allyson por ahí. -Le susurré a Lisa como advertencia.
Las dos observamos a Ally acercarse hasta nosotras y coger la mesa de Niall de su sitio y ponerla al lado de la de Louis.
Lisa y yo intercambiamos miradas extrañadas y luego salí a la puerta a ver qué pasaba. Cuando lo hice me encontré a Louis hablando con Niall, que tenía los ojos llorosos.
Me acerqué corriendo hacia él.
-Oye Nialler, ¿qué pasa? -Le volví a preguntar preocupada.
-Nada. -respondió.
-No digas que no es nada porque pasa algo, si no, no estaríais así.
Niall negó con la cabeza, dispuesto a no decirme nada.
-Somos tus amigos -Intervino Louis. -Puedes contárnoslo, te podemos ayudar a solucionarlo.
-No hay nada que solucionar. -Dijo Niall a punto de llorar.
-¿Por qué? -Preguntó Louis
-Porque ya no hay nada. Hemos cortado. -contestó Niall.
Su voz era forzada, era obvio que estaba haciendo un gran esfuerzo por contener el llanto. 
-Necesitas tiempo para desahogarte, vete a tu habitación. Le diremos a la maestra que te encuentras mal y iremos a verte a segunda hora. -Dijo Louis
Niall nos miró unos segundos, asintió con la cabeza y se fue. Louis me rodeó con los brazos y me dio un beso en la mejilla. 
-Nunca lo había visto así. -Me dijo.
Su respiración me hacía cosquillas en el pelo. 
-Yo tampoco. -Le contesté con tristeza. -Espero que nunca estemos así.
-Ni yo. -respondió abrazándome con más fuerza.
[...]

Nada más tocar el timbre Louis y yo recogimos nuestras cosas y corrimos hacia las escaleras, donde nos encontramos con Harry y Zayn que venía de clase de gimnasia.
Harry se paro junto a nosotros mientras Zayn se despidió. Era obvio que iba a ver a Lisa antes de la siguiente clase.
-¿Dónde vais? -preguntó Harry sofocado.
Tenía el pelo alborotado y las chapetas rosas de haber corrido. 
-A ver a Niall, está mal. -contestó Louis con prisa.
-Voy con vosotros. -Contestó Harry. -Esperarme que subo a por mis cosas.
Louis puso los ojos en blanco, luego se volvió a mí.
-Espérale tú, yo me voy adelantando. -Dijo.
-Esta bien. -Contesté.
Pasaron tres minutos hasta que al fin llegó Harry, bajamos juntos las escaleras, cruzamos el patio y nos metimos en la residencia rápidamente. Cuando íbamos a torcer la esquina que daba al pasillo de la habitación de Niall escuchamos una voz y Harry me paró en seco.
-Es el jefe de estudios. -Me dijo mientras que buscaba un lugar donde escondernos.
-Si nos pillan aquí nos matan Harry. -dije.
Harry me cogió de la mano y retrocedió hasta que llegamos al cuarto de las limpiadoras. Sin dudarlo un instante abrió la puerta y nos escondió dentro.
Esperamos unos cinco minutos en silencio pero el jefe de estudios no se iba. El cuarto era muy pequeño y el aire se estaba viciando con las respiraciones de los dos.
-Harry, esto es muy incomodo. -Susurré. -Y me estoy clavando el filo de una estantería. -Me quejé. 
Harry bufó. Supuse que el también se estaba clavando algo ya que el cuarto estaba lleno de trastos de limpiar colgados de la pared o en estanterías.
-Ven aquí. -Me dijo.
Sentí como me cogía del brazo y tiraba de mi hacia él. En cuanto lo hizo noté el alivio al no clavarme el filo, pero ahora tenía otro problema, Harry y yo estábamos demasiado cerca. Notaba su respiración en mi pelo, ya que me sacaba una cabeza y su mano todavía sostenía la mía. 
De repente, Harry empezó a reírse muy bajito. Le miré a los ojos desconcertada por no saber lo que le hacía gracia.
-¿Que pasa Hazza? -pregunté.
-No, nada. -Dijo riéndose aun.
-Venga ya, dímelo. -Suplique.
Harry paro de reír y se tomo unos segundos para calmar la respiración.
-Es que nunca pensé en que pudiéramos estar encerrados en un cuarto tan pequeño y sin hacer nada.
Me quede perpleja cuando me lo dijo, pero no pude evitar reírme.
-¡Harry! -le regañé entre risas. -¡Estas volviendo a ser muy Harry Styles!
Harry se rió. 
-Lo sé, lo sé, pero sabes que ya me he resignado a quererte como a una amiga. -Me dijo dulcemente.
Le sonreí en la oscuridad y él me rodeo con los brazos, aplastándome contra él en un fuerte abrazo, pero de amistad. Era así como debía de ser. Al fin Harry y yo habíamos encontrado la manera de ser felices sin dañarnos. 
-Creo que hay una caja de herramientas en el cuarto de las limpiadoras. -La voz del jefe de estudios demasiado próxima nos sobresaltó.
-¿Ha... Ha dicho... Cuarto de las limpiadoras? -pregunté asustada.
-Sí. Viene hacia aquí. -dijo Harry con la voz llena de pánico. 
Me abracé mas fuerte a él, como si fuera un amuleto.
-Harry, nos la vamos a cargar. -dije un segundo antes de que el señor Robbers abriera la puerta.

sábado, 13 de abril de 2013

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 18


«Narra Zayn»
No podía creer que acabara de confesarle a Lisa lo que sentía por ella. Temí que su respuesta fuera no, con la típica excusa de "me gustas pero como amigo". No podría soportarlo. Pero ella estaba allí, con una sonrisa radiante, le brillaban los ojos de felicidad y de repente sentí todo el peso de mi miedo desaparecer y antes de haberme dado cuenta, me había levantado y la tenía entre mis brazos, más cerca que nunca. Alzó la mirada y fue como si todas las cosas que he hecho en mi vida, me hubieran llevado a ella. La besé en la mejilla, y luego en la comisura de la boca, hasta que finalmente nuestros labios se encontraron. Me despedí de ella, y fui a cambiarme yo también. Había comprado un pequeño regalo para ella, un peluche, no era mucho, pero yo para estas cosas soy un negado. Solo esperaba que le gustase.

«Narra Louis»
El día seguía nublado, no había salido el sol en ningún momento y no parecía que fuera a hacerlo. Me encontraba jadeando debido al cansancio de haber estado jugando cuarenta y cinco minutos seguidos. Finalmente el árbitro tocó el silbato, lo que significaban quince minutos de descanso. Me senté cansado en el banquillo, dónde todo el equipo se arremolinó para escuchar la técnica que el entrenador tenía prevista para nosotros. Todos menos Ana. La vi sacar su móvil y hablar muy alegre con alguien y tras varios minutos, colgarle. Salí como pude del círculo de jugadores apiñados, me acerqué a ella y la abracé por la espalda. Ella giró la cabeza y me dio un beso en la comisura de los labios.
Una corriente de electricidad me recorrió de arriba a abajo, como cada vez que me tocaba.
-¿Con quién hablabas? -pregunté con los labios pegados a su cuello, lo que provocó que ella se encogiera un poco dentro de mis brazos debido a las cosquillas.
-Con Lisa. -Me dijo riéndose. -¿Adivina qué? Zayn le ha pedido una cita.
Sonreí y la apreté más contra mí, aún seguía de espaldas así que puse mis manos en su barriga.
-Por fin ha ocurrido -dije.
Ella se rió.
-Justo lo mismo que he dicho yo. -comentó sonriente. -Oye, deberíamos ir a ver lo que dice. -Me dijo mirando al entrenador. -Tenemos que ganar como sea. 
[...]
Media hora más tarde seguíamos empatados a dos, no había manera de que ningún equipo marcase gol ya que cuando nuestro equipo atacaba, el contrario se colocaba en una perfecta formación defensiva y viceversa. 
Escuché el pitido de un silbato. Suspiré y me acerqué para ver de quién era la falta esta vez. Mientras iba andando escupí al suelo para librarme de las molestas flemas pegadas a mi garganta. 
Ana se acercó por detrás y se agarró a mi brazo.
-Ya sabes que no me gusta que hagas eso. -Me dijo sonriente. -¿Y si me caigo encima y me mancho qué? -Bromeó.
Le sonreí. Me parecía increíble que siguiera con ese ánimo. Todos estábamos cansados y se nos hacía el partido cuesta arriba.
-Si te caes, mi escupitajo no será tu mayor problema. -dije. -¿Te has fijado que el barro y el césped también manchan? 
-Tonto. -Me dijo riendo de nuevo. -El escupitajo es más asqueroso. -Dijo corriendo hacia donde estaba el árbitro.

La miré alejarse y preguntar por lo ocurrido sonriendo. Nunca imaginé que ella pudiera llegar a ser tan parecida a mí. Vuelvo a agradecer mi suerte en silencio por haberla conocido. Cuando llegué se giró contenta hacía mí.
-¡Louis, es falta a nuestro favor! -Me gritó. -Estamos muy cerca, podemos marcar. -dijo. 
-¡Genial! -grité alzando un puño. 
Todo el equipo se reunió en un corro y planeamos nuestra táctica de ataque.
-¡Vamos a darle caña! -Dijo Tyler, nuestro compañero de clase que también estaba en el equipo.
-¡Seehh! -gritamos el resto del equipo a coro.

El árbitro tocó el silbato y Tyler le pasó la pelota a Ana, que estaba en la banda. 
La táctica consistía en que Ana, que era la más ágil del equipo, debido a su estatura y peso, abriera un hueco entre la defensa para poder acceder al área y tener oportunidad de marcar. 
Tal y como habíamos previsto, se desmarcó del primer defensa que le salió al paso, y justo antes de que el segundo la bloqueara, pasó el balón al jugador que iba corriendo a su altura, pero en el centro, es decir a mí.
Pasé sin problemas a los dos jugadores que intentaron quitarme el balón y le pase el juego a Tyler, que tras dejar atrás al último defensa, chutó el balón en un pase alto que cayó a los pies de Ana. Esta avanzó sola desde la banda izquierda hasta la portería e inesperadamente chutó el balón hacía mí.
Reaccioné rápidamente y rematé el balón, que entró limpiamente en la portería.
Todo el equipo saltó de alegría, me giré hacía Ana, que venía corriendo hacia mí, saltó y rodeo mi cintura con sus piernas, a la vez que yo la sujetaba para que no se cayera.
-Bien hecho, Louiso. -Me dijo mientras dejaba un beso en mis labios. 
El resto del equipo llegó en segundos, haciéndose una piña alrededor nuestra y gritando de alegría.
No nos dio tiempo a celebrar más, ya que el otro equipo había vuelto a poner el balón en juego.
En los quince minutos siguientes, nos centramos mas en la defensa, ya que no podíamos dejar que nos arrebatasen la ventaja que habíamos obtenido.
El árbitro tocó el silbato y señaló el final de partido. 3-2. Habíamos conseguido pasar la eliminatoria y clasificarnos. Montamos en el autobús de regreso a la residencia. Durante el viaje, el ambiente fue mejorando, y lo hizo aún más cuando bajamos del vehículo y vimos que algunos alumnos del colegio nos habían preparado una fiesta por nuestra victoria. Antes de entrar a la fiesta, busqué a Ana entre el equipo, ya que durante el viaje ella había ido sentada con Tori Martin, la única chica aparte de ella que jugaba en el equipo. Alcé la mano para captar su atención y cuando me vio se despidió rápidamente de Tori y corrió hacia mi dando saltitos.
-¡Que pasada Louis! -Dijo. -Este es el mejor colegio al que he ido nunca. -Añadió mientras giraba con las manos extendidas.
-¿Es por la fiesta? -Pregunté.
-Si, y por la residencia, el comedor, el equipo, mis amigos y obviamente tú. -Respondió sonrojándose.
Avancé los dos pasos que nos separaban sonriendo y la alcé en el aire, sentándola sobre mis hombros. 
-Ahora vas como la estrella del partido merece.
Ella se rió.
-Venga vamos Louis, has sido tú el que ha marcado el gol de la victoria. -Dijo.
-Solo porque alguien a quién llevo en los hombros me la pasó. -Repliqué
Ella me sonrió y bajo su cabeza para darme un beso en el pelo. 
-Te la pasé porque sé que eres el mejor. -Me dijo. 
En nuestro camino hacia la fiesta, el resto del equipo se apiñó contra nosotros y fuimos gritando como salvajes por los pasillos, despertando a todos los que estuvieran dormidos. 
Cuando llegamos al gimnasio, bajé a Ana de mis hombros y la dejé cuidadosamente en el suelo.
-Voy a por bebidas. -Le dije. -Espérame aquí.

«Narra Harry»
Estaba sentado en uno de los bancos del gimnasio, esperando que la fiesta empezara para poder divertirme un rato. Poco a poco el ruido de los gritos de una veintena de personas se fue haciendo cada vez mayor, hasta que finalmente irrumpieron en la sala dando saltos de alegría. No me fue difícil encontrar a Louis, que llevaba a Ana sobre los hombros y con diferencia, era el que mas escándalo formaba. Los miré fijamente hasta que Louis dejó a Ana en el suelo y se fue a por bebidas. Aproveché ese momento para acercarme a la preciosa chica que llevaba un siete estampado en su espalda.
-Adivina quién soy. -Dije acercándome por la espalda y tapándole los ojos.
-Hazza. -Dijo.
-No, soy el tonto que se coló en tu casa. -Contesté destapándole los ojos.
Ella se giró y me miró sonriente. Sus ojos tenían un brillo especial, como de nostalgia. 
Le devolví la sonrisa. Me gustaría volver a aquel día y cambiar nuestra historia, quizá hubiéramos acabado juntos.
-¿Que tal tu partido? -pregunté.
-Genial. -respondió. ¿Qué tal tu San Valentín? -Me preguntó.
Su pregunta me cogió por sorpresa, y dudé al contestarle.
-Eh... Bien. -dije.
-¿Seguro?
-Sí, bueno no. -sonreí para mis adentros. -Solo necesito algo para que sea perfecto. -le dije.
-¿El qué? -Me preguntó curiosa.
-Necesito un abrazo tuyo. -contesté abriendo los brazos.
Ella sonrió y noté en sus ojos un brillo especial.
-Siempre siendo tan Harry Styles. -susurró y se dejó caer en mis brazos.
La envolví por completo, tirando de ella hacia mí, la necesitaba y la quería a mi lado, aunque solo fuera como amiga. Le deje un beso en el filo de la mandíbula y la aparté un poco de mí.
-¿Nadie te ha dicho lo sexy que estas con esa equipación? -Dije.
Ella se sonrojó y clavó su vista en el suelo.
-No digas tonterías Harold. -Me contestó
Louis nos llamó desde la mesa de las bebidas, y nos llevó a la sala común, donde al menos cincuenta personas habían improvisado un pequeño cine con un proyector en la pared blanca del fondo.
-Van a poner el partido de hoy. -Dijo Louis enérgicamente.
-¿En cuánto tiempo? -preguntó Ana.
-Mmm, no sé, una media hora creo, le oí decir eso a la directora -Dije.
-Genial. -Dijo Ana. -Chicos, esperarme aquí, necesito una ducha. -Dijo despidiéndose.

«Narra Ana»
Volví a mi habitación a toda prisa, saqué las llaves de la bolsa de deportes y entré a la habitación. Niall, Ally, Lisa y Zayn estaban sentados en el suelo viendo una película romántica.
Cuando entré automáticamente volvieron sus cabezas para mirarme, pero no se movieron ni un ápice de donde estaban.
-Buenas, ¿no bajáis a la fiesta? -les pregunté.
Me negaron todos con la cabeza.
-Preferimos estar aquí. -Dijo Allyson abrazada a Niall.
Yo me hice la indignaba.
-Muy bien, muy bien. Gracias por vuestro apoyo, significa mucho para Louis y para mí. 
Pasé por delante del pequeño televisor lo más lento que pude para incordiarlos, cogí la equipación de repuesto para cambiármela por la sucia y me fui a la ducha. 
Cuando salí del baño me agaché junto a Niall y le quité un puñado de palomitas.
-¡Ehh, son mías! -me reprochó.
-Si bueno, lo que tu digas. -Dije tirándole una a la cara para molestarle. -Me voy, gracias por honrarme con vuestra presencia allí. -Añadí sarcásticamente.

Afortunadamente, cuando regresé a la sala todavía no habían puesto el partido. Busqué a Louis y Harry con la mirada y me acerqué a ellos. Justo al lado estaban Liam y una chica, que debía ser Danielle.
Louis me sonrió y me dio un beso en la frente como bienvenida. Me separé de él y miré a Liam.
-Gracias a Dios Liam, tu si eres un buen amigo. -dramaticé divertida.
Liam se rió.
-¿Por? -preguntó con curiosidad.
-Porque has venido. -Contesté. -Nuestras queridas parejas Niall-Ally y Lisa-Zayn prefieren quedarse arriba viendo Romeo y Julieta.
-Una buena película para San Valentín. -Dijo Louis.
-Los amantes mueren al final. -Añadió Harry divertido.
Todos nos reímos a carcajadas. Cuando por fin paramos Liam cayó en la cuenta de que no me había presentado a su novia.
-Ana, está es Danielle. Danielle, está es Ana -dijo señalando con las manos a ambas.
-Encantada. -Dije dándole dos besos en las mejillas.
-Igualmente. -Me dijo con una sonrisa.
En ese momento apagaron las luces del salón y comenzaron a proyectar el partido. Rápidamente nos sentamos todos en los sofás que habían apiñado y los que se andaron lentos tuvieron que conformarse con un sitio en el suelo. Era muy extraño el verme a mí misma en una pantalla por eso cada vez que salía mi imagen, escondía la cabeza entre mis rodillas y me quejaba. Tras ver el partido, la noche pasó en un abrir y cerrar de ojos y antes de que nos diésemos cuenta eran las cinco y media de la mañana y ya nos estábamos despidiendo para irnos a nuestras habitaciones. Louis insistió en quedarse conmigo. Entramos con sigilo en mi cuarto y sin cambiarnos ni nada subimos a mi litera y nos tapamos con las mantas. Aquella noche en cada cama dormía una pareja. Louis y yo en la mía; Niall dormía abrazado a Allyson en la litera de abajo y Zayn con Lisa en la cama suelta.
Louis me abrazó y apoyó su cabeza en mi hombro. 
-Buenas noches. -dijo.
-Buenas noches. -Le contesté, y entonces nos dormimos los dos.

sábado, 16 de marzo de 2013

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 17



Me desperté y me senté en el filo de mi litera con los pies colgando. Cogí mi móvil y me quedé mirando la fecha. Ya han pasado varios meses desde que Harry ha vuelto a ser el de siempre con nosotros. Todos nos alegramos mucho cuando volvió. Sin él nada era lo mismo. 
Maggie no había vuelto a entrometerse ya que yo misma me encargué de decirle que si volvía a amenazar a Harry o a alguno de mis amigos le diría a la directora sobre su escondite de tabaco y alcohol. Y ella era la típica chica mimada cuyos padres creían que no había roto un plato en su vida, así que el miedo a ser expulsada la mantenía a raya. 

Mis padres vinieron a visitarme en Navidades, así que pude presentarles a Louis. Tenía miedo por lo que pudieran decir sobre él, porque la opinión de mis padres siempre ha sido importante para mí. Pero la verdad es que esperaba que me dieran un voto de confianza, pronto iba a cumplir los 17 y con esa edad no deberían estar siempre encima mía. Afortunadamente a mis padres les gustó mucho Louis, aunque tal y como sospechaba, mi madre me echó la charla sobre el cuidado con las relaciones sexuales. Yo siempre he sido muy reacia a ese tema. Me daba corte tener que hablar de eso, y menos con mi madre, así que solo me limité a asentir y asegurar que Louis no me quería para eso.

Por otra parte, Liam había empezado a salir con una chica de su clase, Danielle. Era preciosa, alegre y agradable, era la pareja perfecta de Liam.
La relación entre Niall y Allyson iba muy bien, tan bien que no podías estar a su lado por más de cinco minutos. Nunca había visto una pareja tan empalagosa y Harry ya parecía haber superado lo que sentía por mí, y a veces lo acompañaba uno de sus ligues ocasionales. Eso me alegraba porque, al menos ya había dejado de sufrir. Y también está Zayn, he observado que últimamente está siempre pendiente de Lisa, siempre se sienta a su lado, la acompaña hasta nuestra habitación y también la invitaba a cenar todos los sábados que salíamos, no estaban saliendo juntos ya que ninguno había dado el primer paso.

Me concentré de nuevo en la fecha, día 14 de Febrero, San Valentín, mucha gente espera ese día para tener un detalle con su pareja. Por mi parte, pienso que es una tontería, el amor se demuestra día a día, y cada uno de esos días debe ser especial y inigualable, y en esto, Louis está de acuerdo conmigo. 
-¡Al fin llegas, dormilona! -Me gritó Louis.
Estaba sentado en un banco esperándome para ir juntos a una competición de fútbol interescolar, ya que Louis había hecho que me apuntara al equipo del instituto al enterarse de que yo estuve apuntada a uno antes de viajar a Londres. Se levantó del banco y abrió los brazos para recibirme con un abrazo. Me enganché a su cuello y le di un beso en la mejilla.
-No me culpes, fuiste tú el que no dejaba de mandar mensajes anoche. -dije seriamente.
Louis se rió.
-Bueno, ¿nos vamos? -dijo pasándome una mano por la cintura.
Yo asentí con la cabeza y Louis me guió hasta el autobús que había aparcado frente a la puerta de la residencia. 
Habíamos decidido pasar San Valentín jugando al fútbol. "Un plan original para una pareja original". Había dicho Louis. Cuando subí el último escalón no pude evitar mirar hacia la residencia pensando en Lisa. Quizá debería haber intentado que Zayn y ella hablaran, pero Louis me absorbía siempre que estaba cerca y no he tenido tiempo de hablar con ellos. 

«Narra Lisa»
Me desperté con el sonido de la puerta de mi cuarto al cerrarse. Miré a mi alrededor y ni Ana ni Allyson se encontraban allí. Fui al baño a lavarme la cara, caminé lentamente debido al sueño y cuando fui a mirarme al espejo, me encontré con dos notas pegadas a él.

"Louis y yo nos vamos a un campeonato de fútbol, no sabemos cuándo volveremos, pasatelo bien - Ana" 

"Niall me va a llevar por ahí todo el día, nos vemos mañana, pasatelo en grande - Allyson"

Dejé caer las notas en el lavabo y me volví a la cama dispuesta a volver a acostarme. Que me lo pase bien, dicen.
Todos tienen un plan para hoy menos yo. Hundí mi cabeza en la almohada y reprimí un sollozo. Si fuera valiente, le habría pedido salir a Zayn y no estaría aquí sola y a punto de llorar. Tras media hora, me volví a quedar dormida y me despertaron unos golpes en la puerta.
Salí de la cama de un salto y me arreglé el pelo como pude antes de abrir. Toda la pena que tenía en el cuerpo desapareció al ver de quién se trataba. Estaba allí de pie, mirándome y sonriendo. Su mecha había desaparecido y ahora tenía todo el pelo negro y dejado caer hacía abajo. Era perfecto se peinara como se peinara.
-Lo siento ¿Estabas durmiendo? -Se disculpó nada mas verme. 
-No, no, tranquilo. Solo estaba echada en la cama. -Respondí. -Pasa dentro.
Me aparté para dejarle entrar, pasó por mi lado dejando en el aire el olor de su perfume. Suspiré para mis adentros y cerré la puerta. Zayn se había sentado en la cama, parecía incómodo ya que no dejaba de golpear el suelo con el pie.
-¿Qué querías? -Le pregunté.
Zayn me miró nervioso.
-Ehh, Liam ha salido con Danielle y Harry está en casa de su última novia y bueno, nos hemos quedado tú y yo solos, ¿te gustaría ir a dar una vuelta conmigo?
Los segundos que tardé en procesar esa información se hicieron eternos. En lo más profundo de mi corazón se había encendido una llama de esperanza, y no podía dejar que se apagara.
-Zayn...Me, ¿me estas pidiendo una cita? 
Crucé los dedos por detrás de la espalda esperando que su respuesta fuera afirmativa. Él enrojeció hasta tal punto, que pensé que se había sentado sobre una hoguera e iba a echar humo por las orejas.
-Eh... Sí, eso creo, bueno, no sé, solo si tu quieres... Me ha costado mucho reunir el valor para pedírtelo, porque emm... me gustas desde hace tiempo.
Creo que en ese momento, si hubiera sonreído mas, se me hubiera roto la cara, Zayn me miró tímidamente y esbozó una pequeña sonrisa, avanzó hacía mí y me rodeó con sus brazos.
No imagino un momento mejor que este, con mi cabeza sobre su pecho, respirando su perfume y sintiendo sus brazos agarrados fuertes en torno a mí.
-Cuanto tiempo he esperado esto. -Me susurró al oído.
-No tanto tiempo como yo. -Le contesté alzando la cabeza.
Deseé no haberlo hecho, porque me encontré con la mirada dulce de Zayn, y con sus labios demasiado cerca de los míos y de repente me entró miedo, miedo de besarle y que no le gustara. Zayn se inclinó sobre mí y me dio un beso en la mejilla, y luego otro y otro, acercándose cada vez más a mis labios. Estaba paralizada y no sabía cómo reaccionar, pero en el instante en que sus labios rozaron los míos, me olvidé de todo, y me encontré sorprendida de saber cómo eran exactamente sus labios, cada detalle, el color, la forma, la textura... Supongo que he pasado mucho tiempo observándolo. 
Zayn se separó un poco de mí y me guiñó un ojo.
-Deja algo para después. -Bromeó. -Te recojo en una hora, y no te pongas muy guapa, no quiero que te roben. -Volvió a bromear.
Solté una carcajada.
-Ya, ya, a mi me preocupa que te roben a ti -contesté. -Hasta luego.
Cerré la puerta detrás de mí, y salté de alegría por toda la habitación. Necesitaba contárselo a alguien, así que decidí llamar a Ana, esperé cinco pitidos, seis, y justo cuando iba a colgar, ella me contestó la llamada. 

«Conversación telefónica»
-Hey -saludó- ¿qué tal el día?
-GENIAL -Chillé. -Tengo que contarte algo muy importante.
-¿Y a qué esperas? ¡DIMELO! -Me gritó Ana nerviosa desde el otro lado del teléfono.
Esperé unos segundos para darle tensión desesperadora y dije:
-Tengo una cita con Zayn hoy.
-¡Por fin ha ocurrido! -dramatizó. -¿Quién ha dado el primer paso? -preguntó.
-Él. -dije. -Y oye, ¿cómo va vuestro partido? -pregunté
-Ahí vamos, estamos en el descanso empatados a dos.
-Vaya, pues mucha suerte, espero que ganéis.
-Muchas gracias, aprovecha la cita eh. -Me dijo Ana en tono pervertido
-Mente sucia. -le dije.
Ella se rió.
-Lo siento, pero es que de Louis todo se te pega. -dijo. -Bueno, te dejo arreglarte tranquila ¡Pásalo bien!
«Fin conversación»

Sonreí como una idiota por minutos, y luego decidí llamar a Allyson para contárselo también, pero no me cogió el teléfono, así que fui al baño a arreglarme. Me vestí con un vestido azul marino de tirantes que me habían regalado Ana y Louis por Navidades y me puse unos tacones de aguja negros para la ocasión. Mi pelo no estaba por dejarse peinar, así que me hice un recogido elegante, un moño suelto por detrás y por delante dos mechones de pelo ondulado. Acabé quince minutos antes de lo previsto, para pasarlos me senté en mi cama, y me obligué a calmarme y a pensar de qué cosas podría hablar con Zayn esa tarde. Así pasé un minuto, otro, ya iban diez, doce, y entonces sonó la puerta.
 

sábado, 2 de marzo de 2013

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 16


Me desperté muy tarde a la mañana siguiente y me incorporé para estirazarme. Lo primero que sentí fue el cálido aire de la habitación rozando mi piel. En ese momento me di cuenta de que no llevaba camiseta, levanté un poco las sabanas para comprobar si me faltaba algo mas, pero todo estaba en su sitio, las medias y los shorts no se habían movido de allí. Sonreí para mí misma y miré a Louis, que seguía durmiendo a mi lado, parecía un ángel cuando estaba reposando. La única prenda que llevaba puesta eran unos bóxers blancos, pero era típico en el dormir así. Alargué mi mano y le acaricié el pelo. Louis reaccionó ante el roce, se dio media vuelta y finalmente se despertó. Lo primero que hizo fue acercarse a mí a darme un beso, luego se desperezó y tiró de mi para abrazarme, de manera que quedé de nuevo con la cabeza en su corazón y envuelta en sus brazos. El pulso se me aceleró a medida del tiempo que pasaba, tenía miedo de lo que pudiéramos haber hecho anoche. Louis debió de notarlo, me sujetó la barbilla con la mano para que le mirara.
-Tranquila, no hicimos nada.
Suspiré de alivio. Sabía que era mi novio, y tenía pensando que fuera así durante mucho tiempo, sinceramente quería que Louis estuviese a mi lado toda mi vida, pero tenía miedo respecto al tema de acostarnos, yo aún no estoy preparada para hacerlo.
Le sonreí y pasé mi mano por su torso. 
-Menos mal, quería que nuestra primera vez fuera especial, ya sabes, sin estar medio borrachos.
Louis sonrió y me apretó más contra él.
Antes de que pudiera decir nada, se escuchó el ruido de una llave en la cerradura de la puerta, y detrás de esta, las voces de Harry y Maggie discutiendo. 
Louis alcanzó el cajón de la mesita de noche donde guardaba su pijama y me pasó su camiseta para que me la pusiera. Lo hice sin cuestionarlo un segundo. 
La puerta se abrió y dio paso a un Harry bastante enfadado, entró gritando y rojo de ira. Y detrás de él, Maggie iba gritándole a Harry también. Ninguno daba su brazo a torcer, y estaban tan concentrados en su pelea que no se había dado cuenta de que Louis y yo, tapados con las sábanas menos la cabeza, los observábamos desde la litera superior, que era la de Louis. 
-¡Ten cuidado con lo que dices o haces, Harry Styles! -Maggie amenazó a Harry.  
-¿O qué? -Replicó Harry.
Maggie se quedó callada unos segundos. Me hubiera gustado saber que asquerosa manera de joderle tenía pensada en su retorcida mente, pero por desgracia, no tenía el don de leer el pensamiento. Finalmente, Maggie soltó una pequeña carcajada victoriosa.
-O si no, esa amiga tuya a la que tanto quieres sufrirá las consecuencias. 
Maggie lo dijo disfrutando del dolor que cada palabra dibujaba en el rostro de Harry.  Y para colmo, Maggie decidió hacerle más daño.
-¿Cómo se llamaba? ¿Ana? Si, mis amigos podrían pegarle en cualquier momento, si yo se lo pido.
Louis tensó cada musculo de su cuerpo al oír mi nombre, como si quisiera protegerme. Y si se diera la ocasión, lo haría. No esperó a que dijera una palabra más, saltó de la cama y encaró a Maggie sin acordarse de que solo llevaba puestos unos bóxers.
-¿A quién dices que van a pegar? -le gritó.
Maggie se quedó mirándolo de arriba a abajo.
Si hubiera sido otra persona, quizá no me habría molestado que mirara a Louis, pero sabiendo como es Maggie, esa mirada solo significaba una cosa. Louis era su próximo objetivo. Sin pensarlo dos veces me levanté de la cama y me puse entre Louis y Maggie. 
-No lo mires así. -dije.
Maggie tenía una mirada sorprendida, obviamente no esperaba que estuviésemos allí.
-¿Mirarle cómo? No sé de que hablas -Me dijo haciéndose la tonta.
Se le "escapó" una risita estúpida y después se fue hasta la puerta, dónde se giró para decir sus últimas palabras.
-Bueno Harry, te espero en mi habitación. 
Dicho eso, se fue cerrando la puerta detrás de ella. Louis y yo nos quedamos mirando a Harry, que parecía librar una pelea en su interior. 
Louis se acercó a él y lo sentó en la cama.
-Vamos Harry, dinos que ha pasado. 
Harry levantó la cabeza y miró a Louis con los ojos llenos de lágrimas que amenazaban con derramarse. 
-¿Te preocupas por mí a pesar de lo que te dije? -preguntó Harry.
Louis se quedó callado unos momentos.
-Supongo que aún te considero un amigo.
A Harry se le saltaron las lágrimas, y a mí también. Me emocioné al escuchar a Louis decir eso. Quizá después de todo, era verdad que Harry estaba arrepentido y este era el momento para perdonarlo y recuperar nuestra vieja amistad. Me senté al otro lado de Harry y puse una mano sobre su rodilla para mostrarle mi apoyo. 
-Venga Hazza, puedes confiar en nosotros. -le dije.
Harry suspiró y se limpió las lágrimas.

«Flashback Harry»
Salí de la habitación y cerré de un portazo, estaba dolido por lo que Louis me acababa de decir. Que no se arrepentía de haberse quedado con Ana. La verdad es que no me hacía falta ser su amigo para nada, todo lo que sentía hacia él era rencor.
Decidí ir a hablar con Zayn, él era quien de verdad me comprendía. Estaba a punto de llegar a su habitación, pero justo entonces Maggie y su grupo salieron de la nada y me cortaron el paso. 
-Hola Hazza. -me dijo Maggie. 
Me reí para mis adentros. Había intentado decir eso con un tono seductor, pero más que nada le quedó ridículo.
-¿Qué? -contesté bruscamente. 
No tenía ganas de perder el tiempo con ellos, y menos estando tan enfadado como lo estaba.
-Endulza el tono, vas a tener que pasar bastante tiempo con nosotros.
Maggie sonrió irónicamente. Me quedé perplejo, no sabía a lo que se refería.
-Deja de decir estupideces, no pasaría ni un minuto con vosotros ni aunque me pagaran. -le contesté.
-¿Ah sí? Cambiaras de idea, ya verás. -empezó a decir. -Y si no lo haces... Digamos que iremos a por la nueva, tu amiga, ya sabes a quién me refiero.
Vi a Gordon, uno de los amigos de Maggie, pegándose con el puño en la palma de la mano. 
Me estaban amenazando y ellos cuando amenazaban, lo hacían en serio.
Resoplé y miré a Maggie con cara de asco.
-Esta bien, ¿qué quieres de mí? -pregunté.
Maggie me hizo una señal para irnos a hablar a solas. La seguí en silencio.
-¿Y bien? -volví a preguntar.
-Quiero que salgas conmigo, y que no vuelvas a acercarte a tus amigos. De lo contrario tu amiga pagará las consecuencias. Nos vemos a las 19:00 en mi habitación.
"Ha dado justo donde más me duele"-Pensé. 
-Está bien. -Bufé. 
[...]
Maggie me llevó a un banco del patio, tenía dos botellas de alcohol, no sabía de donde las había sacado pero si nos pillaban con ellas, nos expulsaban seguro. Me quedé mirando al frente durante un rato. Capté movimiento a mi derecha, miré y reconocí a Louis y a Ana, que se dirigían al comedor y recordé que ambos estaban castigados por mi culpa. De repente, Maggie se me sentó encima y comenzó a besarme. Al principio me dio asco, pero recordé por quien estaba haciendo esto y le seguí la corriente. Maggie me obligaba a beber de vez en cuando. Al cabo del rato, vi que Ana salir del comedor y ponerse a barrer el patio, ignorándonos. 
Recé por que no se diera cuenta de que el chico era yo, pero con el demonio tan cerca, de nada servía rezar. Maggie me susurró al oído algo que debía hacer. Se me helaba la sangre solo de pensarlo. No, no lo podía hacer, no podía hacerle eso a Ana. Al ver que no estaba dispuesto a hacerlo, Maggie volvió a las amenazas.
-¿Prefieres verla entonces con la cara morada? -dijo fríamente.
Volví a resoplar.
-¡Ana! -le grité.
No reconocía mi propia voz. Supongo que he bebido lo suficiente como para parecer borracho.
Ella me ignoró y siguió barriendo.
-¡Ven Ana! -volví a gritarle.
Maggie y yo nos levantamos del banco y caminamos hacia donde ella. 
Seguramente no nos había reconocido, puesto que ni siquiera nos había mirado y su primera reacción fue salir corriendo, corriendo hacia donde Louis pudiera protegerla. Louis, siempre Louis. Me dio un arrebato de rabia y corrí hacía ella y la agarré fuertemente por la muñeca. Ella me miró sorprendida pero triste. Estaba claro que no esperaba verme a mí, y menos de esta manera.
-¿Por qué corrías? -Le apreté más fuerte la muñeca y me acerqué más a ella. 
Estaba e escasos centímetros de mí, tan cerca que si me acercaba un poco más, podría besarla y apretarla entre mis brazos para que no saliera de allí jamás. Pero no podía, no con Maggie observándome.
Ella volvió la cabeza para evitar mi mirada, y probablemente mi aliento.
-Contéstame. -dije apretándola mas.
Supongo que debía dolerle mucho, ya que aunque tuviera la cabeza medio vuelta podía notar como sus ojos se llenaban de lágrimas.
-No lo sé, Harry. -contestó.
-Yo sí. -le dije. -Ibas con Louis. 
Dejé de hablar unos segundos. Ahora venía la parte más difícil. Trague saliva para deshacer el nudo de mi garganta.
-¿Sabes qué? Hoy me he peleado con él, ya no es más mi amigo. Ni él ni ninguno de los chicos. Ni siquiera tú. No sé que pude ver en ti. -Escupí cada palabra en su cara y me reí para dar énfasis a mi última frase. Luego la solté rápidamente. No quería ver su cara. Probablemente estuviera llena de sufrimiento, y si la veía, me vendría abajo y no podía permitirme eso si quería que ella estuviera bien.
«Fin flashback»

«Narra Harry»
-Bueno, eso es todo. -dije y miré a Ana, que estaba sentada a mi lado con los ojos llenos de lágrimas. -No quiero que te hagan nada porque eres lo más importante para mí ahora. Me doy cuenta de lo estúpido que he sido obedeciendo a Maggie cuando podría haberte defendido yo mismo en lugar de hacerte creer todas esas cosas horribles, perdóname.-Le dije. -Y Louis, espero que también puedas perdonarme por lo que te dije aquel día, siempre has sido mi amigo y no quiero que eso cambie. Fue solo un arrebato de rabia.
El nudo de mi garganta se había hecho más fuerte con cada palabra, y no pude contener la lágrimas por más tiempo. 
Louis y Ana estaban igual que yo. Ella pasó una mano por mi espalda y me abrazó. La sentí cálida contra mi cuerpo. No me había dado cuenta de cuánto la había echado de menos.
-No seas bobo, no tengo nada que perdonarte. -me dijo. -Has hecho lo que has creído correcto, y te agradezco que te hayas preocupado por mí. 
-Lo mismo digo. -añadió Louis, que me dio unas paladas en la espalda.
Esta vez, lágrimas de alegría brotaron de mis ojos, y ambos lados de mi, Louis y Ana también lloraban y sonreían. Los dos me abrazaron hasta que me calmé, pero no pude. Tampoco me había dado cuenta antes de cuanto necesitaba a Louis y mis amigos. Niall, Zayn, Liam, Lisa y Allyson, ¿Se alegrarían de verme de vuelta? No lo sé. Un codazo de Louis me sacó de mis pensamientos.
-¡Esto tenemos que celebrarlo por todo lo alto! -gritó.
Ana y yo cruzamos las miradas por un momento y ambos sonreímos. Los dos conocíamos a Louis de sobra y ya sabíamos lo que venía, y creo, que estábamos dispuestos a sufrirlo.
-¡Helado de zanahorias para todos! -gritó dando un salto de la cama y saliendo por la puerta, aún en bóxers.

viernes, 8 de febrero de 2013

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 15


Eche a correr hacia el chico que estaba de pie al otro lado del pasillo y me abrace a él tan fuerte como pude, a su vez, el también me abrazó y apretó sus labios contra los míos.
-¿Qué haces aquí? -le pregunté.
-Quería verte, ¿y tú? -me dijo y me besó suavemente en el cuello, justo por debajo de la oreja.
-Yo también iba a verte. -le contesté.
Lo más probable es que yo pareciera una estúpida sin cerebro con una sonrisa tonta dibujada en la cara, pero me daba igual. Siempre que trataba de Louis me olvidaba de todo lo demás, era como si algo mágico conectara mi mente y mi cuerpo con los suyos. 
Me agarré de su brazo dispuesta a ir a dónde él me llevara. 
-¿Te parece si paseamos? Los sábados no tenemos castigo. -me preguntó.
-¿No iremos a correr otra vez, no? -Le pregunté alarmada.
Todas las veces que Louis me había invitado a pasear las he acabado corriendo de su mano de un lado para otro. Y Louis corría muy rápido. 
-No, no, tranquila. -Me dijo riéndose. -Esta vez te llevaré a dar un paseo de verdad. 
Primero me llevó a ver el Big Ben, pero me dijo que cuando lo viera, tendría que hacerlo desde cerca y de golpe. Así que me tapó los ojos con las manos casi desde que salimos y no me soltó hasta que estuvimos en frente del reloj.
-¿Preparada? -Me dijo aún tapándome los ojos. 
-Sí. -Dije.
Puse mis manos sobre las suyas y las agarré para quitármelas de los ojos.
Me quedé fascinada con lo que vi, el Big Ben estaba iluminado con luces doradas por la noche y parecía de oro.
Louis me abrazó por detrás, pasando sus brazos por mi barriga.
-¿Qué te parece? -Me susurró sonriendo al oído.
-Es precioso. -Le respondí girando la cabeza hacia él, de manera que nuestros labios quedaron a un centímetro.
-Sabía que te gustaría. -Me contestó dulcemente.
Subió una de sus manos y me agarró la barbilla, y me dio un beso a lo Titanic.
-Te quiero. -Me dijo.
-No más que yo a ti. -Le susurré.
Los dos nos quedamos callados mirando el reloj dorado que teníamos en frente, hasta que mi estómago rugió de hambre.
Louis se rió y se separó de mi.
-Me alejaré antes de que decidas comerme. -Me dijo bromeando.
-Tonto, por mucha hambre que tenga jamás te comería... -Empecé a decir. -...Sin antes haber guisado tu carne.
Louis se echó a reír y me pasó un brazo por los hombros. Fuimos hasta un puesto de Fish and Chips que había cerca y compramos un cartucho de patatas que nos fuimos comiendo de vuelta a la residencia.
Louis decidió tomar un camino más largo para atrasar nuestra llegada.
Pasamos por un parque en el que había mucho ambiente, la razón de tanta gente junta era un mini-torneo de fútbol.
-Que lástima. -Me dijo Louis. -Si lo hubiera sabido, me hubiera apuntado.
-¿Sabes jugar? -Pregunté.
Louis asintió con la cabeza.
-Entrenaba con el equipo de mi pueblo. -Me dijo.
-Yo también estuve apuntada, pero me quité cuando supe que tenía la beca para venir. No tiene sentido estar catalogada sin estar jugando.
-No sabía que jugaras, nunca has hablado de ello. -Me dijo.
Me encogí de hombros.
-Es que nunca ha surgido el tema. Si quieres puedo enseñarte mi equipación del año pasado, aún la tengo.
Louis asintió entusiasmado, incluso me propuso que hiciéramos un partido todo el grupo juntos. Ahora que Harry nos había cambiado por otra pandilla, estábamos ocho justos.
Una pelota que se le había escapado al portero llegó junto a los pies de Louis, que le dio una patada sin saber adónde apuntaba.
La pelota se estrelló contra una pila de sillas puestas unas sobre otras para ahorrar espació. Las sillas se cayeron encima de una mesa con vasos y tapas, que se derramaron por todo el suelo. Antes de que nadie pudiera vernos, Louis me agarró de la mano y se giró y salió del parque a toda prisa. No dejamos de correr hasta que llegamos de nuevo al Big Ben.
-¡Louis, dijiste que esta vez nada de correr!-le reproché jadeando.
Louis apoyó sus manos sobre las rodillas, para descansar de la carrera.
Se rió entrecortadamente debido a su respiración acelerada, y luego se acercó a mí y ambos nos sentamos en el suelo apoyados en la pared de una casa.
-Lo sé, lo siento. -Me dijo riendo. -Pero tengo que reconocer que me lo paso bien contigo así.
Alargó su brazo derecho y me acarició la pierna izquierda una y otra vez. Yo solamente llevaba unas medias bajo los shorts, y la piel se me erizó al contacto con la piel de Louis. Él creyó que era porque tenía frio. Me sentó sobre sus piernas y me rodeó con sus brazos para intentar que entrara en calor a pesar de yo estaba perfectamente.
-¿Te parece si volvemos ya? No quiero que te me resfríes. -Me preguntó dulcemente.
Asentí con la cabeza y le di un beso aprovechando la poca distancia que había entre nosotros. Nos levantamos y echamos a andar hacia la residencia. 
Louis se rió un momento, me miró y dijo:
-¿Te parece si echamos la última carrera hasta la residencia?
Puse los ojos en blanco y me reí.
-Que tonto eres. -Dije echándome en sus brazos. Louis me sostuvo unos momentos sonriendo.
-Solo cuando estoy contigo. -Me susurró al oído.
Giré mi cabeza y lo besé tiernamente, luego, me separé un poco de él y dije:
-El que llegué el último invita a helados toda la semana.
Ambos echamos a correr hacía la residencia, dejando el Big Ben atrás.. Mientras corríamos, Louis gritó:
-Yo te puedo dar mi helado de zanahorias gratis, si quieres. 
Empecé a reírme mientras corría.
-Solo si pierdo yo. -Le grité.
-Entonces prepara tu estómago. -Me contestó riéndose.
-Ya, lo que tu digas.
Aceleré todo lo que pude para dejar atrás a Louis, pero la silueta de dos personas conocidas hizo que parara en seco, más que nada porque no quería que me vieran.
Louis se chocó conmigo y ambos caímos al suelo.
-Shh, no hagas ruido. -Le dije. 
Louis miró por encima de mi hombro para ver quiénes eran y me hizo una señal para que nos escondiéramos tras un buzón que había unos metros a nuestro lado.
-Vuelve a estar con ella. -Dijo Louis. -¿Entiendes porque no debías perdonarlo?
Me asomé un poco por detrás del buzón y vi a Harry y Maggie liándose en la puerta de la residencia. 
Luego, ambos se adentraron en el edificio. Louis me chistó para llamar mi atención y me indicó que los siguiéramos.
Harry y Maggie se deslizaron silenciosamente hacia el patio, donde estaban esperándolos los demás miembros de su pandilla. 
Parecían no querer ser vistos, pues andaban en silencio. 
Louis y yo bordeamos el patio por detrás de la franja de setos que tenía plantados el jardinero para decorar el patio. Estábamos a unos cincuenta metros de ellos y no podíamos ver con claridad lo que hacían, pero si dónde se encontraban.
Maggie, Harry y sus demás amigos tardaron cerca de quince minutos en irse del patio, cuando pasaron por la puerta, el único sitio iluminado, vimos que llevaban varias botellas de alcohol, por lo que supusimos que se iban de botellón a cualquier parque que estuviera lo suficientemente oscuro como para que no los vieran y seguramente no volverían en toda la noche. Tenían a su favor que el sábado nadie pasaba a revisar las habitaciones tras el toque de queda.
Louis me cogió de la mano y me llevó hasta donde unos momentos atrás habían estado Maggie y compañía.
Louis se puso a buscar lo que habían estado escondiendo mientras yo me senté en la base de una canasta de baloncesto. Al sentarme, crujió y se hundió un poco. Me resultó extraño ya que normalmente este tipo de canastas, solían tener la base del contrapeso rellena de hormigón. Louis me dijo que me levantará. Cuando lo hice, él abrió con facilidad la base dónde había estado sentada, que estaba hueca. 
-Ven, mira. -Me dijo Louis haciéndome un gesto con la mano.
Miré dentro de la base y efectivamente estaba hueca, pero no vacía. Dentro había unas doce botellas de alcohol, pepsis para mezclar y unos cuantos paquetes de tabaco.
-Vaya, no me sorprende que no los hayan pillado nunca. -Dije. 
La verdad es que era un escondite bastante bueno. Nadie se va a imaginar que dentro del contrapeso de una canasta, haya un escondite secreto de alcohol y tabaco.
-¿Y qué hacemos? ¿Se lo decimos a alguien? -Me preguntó Louis.
-No, no estaría bien. -dije. -Harry va con ellos.
Louis suspiró.
-¿Por qué te importa tanto Harry?
-No es que me importe, pero una cosa es no hablarnos y otra es ir jodiéndole la vida. -Expliqué.
-Bueno, en eso tienes razón. -Me dijo Louis cogiendo una botella. -Si no le decimos nada a nadie, nos llevamos una prestada.
Puse los ojos en blanco y cogí una botella de pepsi cola.
-Anda vamos, cierra eso. -Le dije a Louis.
Vaciamos el contenido de la botella de pepsi hasta que quedó por un poco más arriba de la mitad y vació el alcohol dentro hasta que se rellenó.
El resto del alcohol que sobró lo tiro a una papelera de la calle. 
Nos sentamos en uno de los bancos que había fuera de las residencias y Louis le dio un trago a la botella y me la pasó. Me quedé mirándola unos momentos, solo había bebido una vez en mi vida, y fue en mi graduación de secundaria. Mis amigas me dieron a probar Malibú con piña, y solo me lo bebí porque tenía más zumo de piña que alcohol. Me acerqué la botella a la boca y le di un pequeño sorbo.
Estaba malo, asqueroso para ser más exacto, y me ardía la garganta. Al menos, me quitaba el frío así que le di otro trago. No hizo falta que bebiera mucho para sentir el contento del alcohol y al parecer, Louis también lo estaba sintiendo. Se reía por cualquier cosa que le dijera, y no paraba de tirar de mi para que me sentara sobre él como hace dos días, Maggie se había sentado sobre Harry.
Una hora más tarde, hacia las 12:00am el efecto del alcohol ya me embotaba el cerebro, y por eso cuando Louis se acercó a mí y pasó sus brazos por mi cintura no opuse resistencia y me besó. Me apretó contra la pared sin separar sus labios de los míos. 
Apreté mis manos en su espalda, disfrutando de cada uno de sus músculos. Dejo de besarme los labios para besarme debajo de la mandíbula y el cuello. En ese momento, sonó la sirena que indicaba que había que estar en la cama, se escuchaba desde fuera, lo agradecí, porque así no me oyó suspirar. Me cogió en brazos y sonriendo como unos estúpidos a causa de la bebida, me llevó a su habitación, que en ese momento estaba vacía, ya que Harry estaba fuera. Me echó sobre la cama y se tumbó a mi lado. Ambos sonreímos un momento y luego nuestros labios encajaron los unos en los otros. Louis me besaba a un ritmo frenético, como si esta noche fuera la última de nuestras vidas y yo me dejaba guiar por él, ya que estar tan cerca de Louis me hacía perder el control. Se separó de un unos centímetros y se quitó la camiseta y luego se acercó de nuevo y me quitó la mía con suavidad. Me pasó los brazos por detrás de la cintura, las yemas de sus dedos recorrían el hueso de mi espalda y sus labios de rozaban el cuello al mismo tiempo. Estaba muy confusa por haber bebido, y no distinguía a saber si lo que estaba pasando era un sueño o no. Busqué la manera de aovillarme en el cuerpo de Louis, y apoyé mi cabeza en su pecho. Lo último que recuerdo de esa noche, era el latir acelerado de su corazón, su respiración sobre mi pelo y sus brazos rodeándome para que nada pudiera sucederme.

viernes, 25 de enero de 2013

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 14


Abrí la nota, estaba escrita a mano con boli azul. Sonreí al ver la letra tan caótica de Louis, me llevó un buen tiempo aprender a leerla, y aún así, había veces en qué no conseguía entender lo que estaba escrito. 

"He salido a hablar con el director para intentar que nos quite el castigo el fin de semana, y también a ver a los chicos. He ido a tu habitación a por algo de tu ropa, te la he dejado encima del escritorio. Intentaré volver antes de que te despiertes. Te quiero, Louis."

-Pues ya me he despertado. -Pensé para mis adentros.
Me acerqué al escritorio y cogí la ropa que me había traído Louis. Una camiseta de mangas cortas, una sudadera rosa para abrigarme, unas mayas negras y mis zapatillas de deporte blancas. Eran mi conjunto de invierno favorito. Entré al pequeño cuarto de baño que había instalado en cada habitación y me cambié. Justo cuando iba a salir para ir al comedor a desayunar alguien trató de abrir la puerta con llave desde fuera, y antes de pudiera apartarme, abrió la puerta hacia adentro y me golpeó la cara. 
-¡Ay! -chillé tapándome la cara con las manos.
-Lo-lo siento. -dijo instintivamente. -¿Ana? ¿Qué haces tu aquí? -me preguntó Harry.
Me quité las manos de la cara y miré a Harry. Yo había supuesto que era Louis el que entraba y me quedé paralizada de la sorpresa de ver a Harry. Finalmente me recuperé de la impresión y frotándome la nariz para aliviar el dolor dije:
-No pasa nada, yo solo esperaba a Louis.
Moví la nota de Louis con la mano en frente de mi cara para que Harry la viera. Se quedó quieto dónde estaba mirándome con tristeza. Yo suspiré y lo esquivé para salir por la puerta.
-Oye espera. -Me llamó.
Me giré y me apoyé en el marco de la puerta para ver lo que quería.
-Siento lo de anoche, me siento fatal por lo que te dije y realmente no pienso eso. 
Harry agachó la cabeza después de haberse disculpado, parecía muy arrepentido y por mucho que yo no quisiera, me dolía verlo de esa manera.
-No importa Hazza, tú olvídalo y yo lo haré también.
Apoyé una mano en su hombro izquierdo para que levantara la cabeza y Harry tiró de él y me abrazó. Sentía su pecho subir y bajar a saltos, estaba llorando y no podía soportar esa sensación. Me separé de él y le limpié las lágrimas. El verde de sus ojos mezclado con los restos de las lágrimas se veía precioso.
Le cogí por los hombros y le obligué a que me mirara a los ojos. 
-No... No llores Harry, en serio que no es nada. -dije.
Por unos momentos se quedó en silencio, y justo cuando fue a hablar la puerta se abrió y entró Louis, se quedó unos momentos en silencio, parecía haber escuchado mi conversación con Harry. Ambos se miraron por unos momentos. Louis parecía enfadado por el hecho de que su ex-mejor amigo me hubiera pedido perdón.
-No te atrevas a acercarte a ella, ayer casi se congela por tu culpa. Te pasaste, Harry, no debería perdonarte. -le gritó cada palabra a Harry, y este se encogió dolido y con los ojos llorosos. Luego, Louis me rodeó el hombro con los brazos y tiró de mi hacía atrás y ambos salimos por la puerta, dejando a Harry solo en la habitación.
-¿Por qué has dicho eso? Harry estaba arrepentido de verdad. -Le grité a Louis quitándome el brazo del hombro bruscamente.
-Oye, ayer te hizo daño, si lo perdonas tan fácilmente volverá a hacerlo de nuevo. Solo salió con Maggie, para fastidiarnos.
No contesté nada, simplemente me volví a agarrar su brazo y seguimos caminando. Sabía que Louis llevaba toda la razón, Harry volvería a comportarse como un capullo si tuviera mi perdón cada vez que hiciera algo. Pero esta vez, por primera vez en mi vida, no lo iba a olvidar el daño que me han hecho fácilmente, había salido con Maggie aún sabiendo que me sacrifiqué por él. Si Harry quiere demostrar algo saliendo con esa chica tan repelente, pagará las consecuencias, y para empezar, y por mucho que no quiera y me duela, mi amistad es el precio a pagar.
Tras darle vueltas en la cabeza a ese tema, decidí desecharlo y no volver a preocuparme por Harry y sus estúpidas demostraciones de celos o lo que quiera que sean.
Me acerqué a Louis y le di un beso en la mejilla mientras andaba, y este me regaló una mirada dulce y sorprendida. Se paró y me envolvió en sus brazos. Sentía su respiración sobre mi cuello, me calmaba oírla sobre mí. 
-¿Se puede saber a que ha venido eso?-me preguntó.
-Era para que me perdonaras por haberte gritado antes. -dije avergonzada.
Louis puso los ojos en blancos y se rió.
-¿Y crees que lo ibas a solucionar con un beso?
Agaché la cabeza, no sabía que responder. Él me cogió por la barbilla y me alzó la cabeza para que le mirara.
-Porque para que te perdone, harán falta muchos más. -terminó de decir sonriendo.
 Una sonrisa estúpida se dibujó en mi cara, me alcé de puntillas y lo volví a besar, esta vez en los labios. Louis me agarró entre sus brazos y me llenó la cara de besos, luego me cogió y me echó sobre sus hombros a lo saco de patatas, de manera que quedé colgando cabeza abajo en su espalda.
-Eres el mejor de todos, Louis. Te quiero. -dije sonriéndole al suelo.
-Yo también te quiero a ti, lo sabes. -Dijo tras darme un beso en una de mis piernas, que es por donde me tenía cogida.
Me llevó así por todo el pasillo, hasta que nos encontramos con Liam y Zayn, que acababan de salir de su habitación. Louis al fin me bajó de sus hombros. 
Sentía hormigas por todo el cuerpo, sobre todo en las piernas ya que se me habían dormido debido a mi propio peso. Nada mas apoyarme en el suelo, me tambaleé y por poco me caigo. Toda la sangre que tenía en la cabeza por haber estado boca abajo, estaba dispersándose de nuevo por el cuerpo, lo que me provocó el mareo.
-Hey Louis, íbamos a llamarte. -Dijo Liam. -Y ah, cuidado Ana, que te caes.-Me dijo Liam en un momento para luego volver a hablar con Louis. -Zayn le ha pedido a su hermana que le traiga su play, ¿echas un FIFA con nosotros?
Louis me miró con ojos de corderito, suplicando que le dejara ir sin enfadarme. Estaba tan mono cuando me miraba así que decidí esperar un poco para contestarle, solamente por el egoísmo y el placer de ver esa mirada.
Al final, sonreí ampliamente y le di un beso en los labios.
-Anda, ve con ellos, yo he pensado en ir a ver a las chicas. -le dije. -Divertíos.
Esta vez me dirigí a todos. 
Los chicos se dieron la vuelta para entrar de nuevo a la habitación, pero les interrumpí.
-Oye, una pregunta, ¿Sabéis por dónde anda Niall? -les pregunté.
-La verdad es que no, anoche salió con una chica, pero no nos quiso decir quién. Volvió muy tarde y esta mañana volvió a irse sin decir nada. -me dijo Zayn. -¿Por qué lo preguntas?
-No, por nada, solo que creo saber con quién sale, espero no equivocarme. -le contesté. -Bueno, adiós, ya nos veremos en el almuerzo.
Liam, Zayn y Louis volvieron a entrar en la habitación y yo me dirigí corriendo hacia las escaleras, las bajé y salté cuando quedaban dos escalones. Crucé corriendo el rellano que separaba las dos residencias y justo cuando iba a subir hacia la de chicas, vi a Niall entrar por la puerta de la calle. Sin dudarlo ni un segundo, frené y me volví hacia él. 
-¡Niall espera! -le grité.
Él se paró al momento y se dio la vuelta para ver cómo me acercaba.
Llevaba una bolsa de comida que acababa de comprar.
-¿Que pasa Evans? -me pregunto.
-Hey, no me llames por mi apellido. -le reproché. 
Cuando estuve lo suficientemente cerca de él, vi que de la bolsa sobresalía una caja de bombones preparados en forma de corazón. El se dio cuenta de que los vi porque rápidamente escondió la bolsa tras él.
-Ohh Niall, ¿para quién son? -pregunte divertida.
-Eh... Eso no te importa. -Su voz sonaba nerviosa.
Me acerque a él y le eche un brazo sobre los hombros, para que no pudiera huir.
-No intentes mentirme, ya sé que sales con Allyson. -dije.
Obviamente no sabía al cien por cien que Niall estuviera con una de mis mejores amigas, pero tenía que probar por si colaba.
Niall me miró sorprendido y preguntó:
-¿Ah sí, Ally ya te lo ha contado?
"¡Toma ya!" Pensé para mis adentros. -No, me lo acabas de confirmar tu. -le dije.
Seguidamente estallé en carcajadas, saboreando mi victoria.
-Eres una mala persona, ¡no puedes ir engañando a la gente así! -Me dijo Niall pegándome en el hombro.
Quería hacerse el enfadado, pero yo se que en realidad no lo estaba. Es más, se lo veía mucho mejor, como si se hubiera quitado un peso de encima. Llevar algo en secreto nunca es fácil.
-Bueno, ¿vamos a ver a Ally, no? -me preguntó Niall sonriendo. 
-Claro.-sonreí.
Ese chico estaba hecho todo un príncipe. Allyson iba a ser feliz con él.
Al llegar a la habitación, Allyson no tuvo más remedio que contarnos a Lisa y a mí la verdad, y también pareció sentirse mejor tras habérnoslo contado. Niall se sentó dejado caer sobre ella, la verdad es que estaban hechos el uno para el otro. 
Durante la tarde, en varias ocasiones me entró envidia de ellos y lamenté que Louis no estuviera conmigo para abrazarme también. 
-Ana, ¿te pasa algo? -Me preguntó Niall sacudiéndome el hombro.
Salí en seguida a la realidad.
-No, nada, solo que estoy pensando en mis cosas. -Le dije tranquilamente.
La verdad es que había estado pensando sobre Harry, él se disculpó conmigo, y aunque yo le había dicho que lo olvidara, Louis me sacó de la habitación hablándole mal a Harry. No podía evitar sentir pena por él. Según lo que me han dicho los demás chicos, Louis y Harry solían ser amigos del alma, y ahora ni se podían ver, todo por mi culpa. 
Me levanté y me despedí de Ally, Lisa y Niall, luego fui a la habitación dónde estaban el resto de los chicos para ver a Louis. Estaba atardeciendo y no se veía muy bien, bajé los últimos escalones de un salto y alcancé a ver la figura de un chico que se acercaba a mí desde el otro lado del rellano. 
-¿Ana? -preguntó.

viernes, 11 de enero de 2013

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 13


«Flash back de Louis»
Ambos paramos de correr, y me apoye sobre la pared que separaba dos andenes.
-Pensé que sería bonito despedirme de ti en el mismo sitio donde te encontré. 
Ella se apoyó en el muro a mi lado, sonreía de medio lado y con la vista fija en el suelo, lo que hacía más adorable.
Eres genial, ¿sabes? -continué diciendo.
Levantó la cabeza y clavó sus ojos en los míos. Eran azules y tenían una veta amarilla que rodeaban el centro del ojos, no podía despedirme de ella así sin mas, me gustaba demasiado. Me aparté de la pared y me coloqué frente a ella. No recuerdo haberle ordenado a mi cerebro que la besara, pero segundos más tarde me encontraba envolviéndola con mis brazos, y ella envolviéndome a mí en los suyos. La besé tiernamente hasta que alguien me dio unos toques en el hombro. Rodeé la cabeza y ahí estaba el señor Wibley, el oficial que vigilaba King Cross desde hace cinco años, estaba mirándonos satisfecho de habernos interrumpido.
-Este no es sitio, caballero. -Me dijo. -Y usted, -Esta vez se refirió a Ana. - Ya van dos veces hoy.
Se alejó de nosotros y cuando estuvo a cierta distancia, volví a girarme hacía Ana.
-Tengo que irme ya, he quedado con un amigo. -dije.
-¿Ese amigo es Harry? -me preguntó.
Me quedé con la mirada perdida unos segundos, pensando en la chica que me iba a perder por Harry.
-Si -contesté. 
Mi voz sonaba triste y apagada.
-Y le gustas mucho, no me perdonaría si yo saliera contigo -le dije.
Nuestras miradas volvieron a encontrarse, esta vez, sus ojos no derramaban alegría, sino tristeza. Supuse que mis ojos eran como un reflejo amplificado de los suyos. No quería irme sin volver a sentir sus labios con los míos, así que volví a inclinar mi cabeza hasta que nuestras frentes se tocaron, cerré los ojos y le dio otro beso, esta vez corto. Corto pero intenso.
-Por lo que pudo haber sido, y no fue. -dije apenado.
Le acaricié la cara por última vez y le sonreí. Después me marché corriendo de la estación, con lágrimas en los ojos que amenazaban con comenzar a caer.
[...]
Solo me faltaban unos 70 metros para llegar al local donde había quedado con Harry, que ya estaba esperándome apoyado en la puerta. Verlo me hizo sentir rabia y frustración. Me acerqué a él y lo saludé con la mano. El hizo lo mismo.
-Hey tío, -dijo. -Estoy pensando en llamar a Ana, ya sabes, la chica que conocí.
Escuchar su nombre en la boca de Harry me dolía, pero tragué saliva para deshacer el nudo de mi garganta y disimulé.
-¿Para qué? -pregunté.
-Ehh, tu ya me conoces.. -empezó a decir Harry. -Quedar, tomar algo, un paseo por el parque, ir a casa...
-Y acostarte con ella. -concluí yo.
Harry asintió. 
En ese momento le hubiera clavado un cuchillo en la barriga, por muy amigo mío que sea, Ana me gustaba, y no iba a dejar que el idiota de Harry le hiciera daño.
Me deshice de él como pude y regresé a mi piso. Me encerré en mi habitación, la cual estaba vacía, a excepción de la cama, ya que tenía que mudarme a la residencia de la escuela.
Cogí el móvil y marqué el número de Ana. Sonaron cuatro pitidos hasta que lo descolgó.
-¿Dígame? -preguntó nada mas cogerlo.
-Me. -contesté riéndome.
-¡Louis! -dijo riéndose ella también. -¿Que pasa?
-Nada, solo quería saber si te gustaría que volviéramos a vernos.
Pasaron tres segundos hasta que me contestó.
-Eh..claro que sí, pero ¿y Harry?
-En el amor no hay lugar para los amigos. -dije con aire filosófico.
Ella se rio.
-Esta bien, ¿dónde nos vemos? -me preguntó.
-¿Te parece bien que vaya a verte a tu casa?
-Si, ¿sabes cómo llegar?
-Oh si, Harry me contó cómo te conoció con todo lujo de detalles.
Los dos nos reímos.
-Bueno pues, hasta mañana Louis, te espero.
-Hasta mañana preciosa.

Tiré el móvil a un lado de la cama y me eché boca abajo sonriéndole a la almohada como un estúpido. Ya no me importaba Harry, él y sus rollos solo nos metían en problemas. Siempre era igual: Harry conocía a una chica, quedaban, las traía al piso que compartíamos todos los chicos, se acostaban y por la mañana Harry se largaba y nos dejaba a nosotros el consolar a la pobre y tonta chica que había caído esa vez en su cama. Pero esta vez no, Hazza no se iba a salir con la suya.
«Fin Flash-back»

Me quedé mirando la litera de Harry, este se había quedado en silencio, pero no estaba dormido, lo sabía porque de vez en cuando lo escuchaba girar sobre la cama para coger su móvil de la estantería que tenía al lado.
-Harry. -le llamé.
Esperé pacientemente durante un minuto, hasta que finalmente, mi amigo suspiró, volvió a girar sobre la cama y se asomó por el borde.
-¿Que quieres? -me preguntó.
-Solo decirte que no me siento orgulloso de haberle pedido salir a Ana a tus espaldas, pero no me arrepiento de haberlo hecho.
A Harry le temblaban las facciones de la cara, seguramente del enfado. Mi vista se había acostumbrado a la poca luz que entraba por la ventana, por lo que veía todo con claridad. Harry se rio irónicamente.
-¿Ah sí? -Me dijo Harry entrecerrando los ojos. -Y dime, ¿que se siente al quitarle la novia a tu amigo?
-Oye tío, quizás sea mejor así. Piénsalo, si hubierais salido, puede que ahora ella te odiara como lo hacen todas con las que te acuestas.
-Con Ana es diferente, ella me gusta de verdad. -Me dijo.
-¿Si? ¿Cuántas veces nos has dicho eso ya? -le contesté, echándole en cara sus malas decisiones.
-Da igual, no tenías derecho. No trates de quedar bien conmigo ahora. No eres mi amigo Louis, ya no.
Harry se bajo de su litera de un salto y se fue hacia la puerta. Salió y cerró de un portazo. 
Seguramente haya ido a la habitación de Liam, Niall y Zayn, que compartían una de tres. Yo seguí echado en mi cama escuchando música hasta que sonó la alarma del móvil, que indicaba la hora a la que tenía que ir a cumplir el castigo.
[...]
Ana se había puesto un chaquetón impermeable con el interior lleno de pelo para evitar resfriarse, ya que las noches en Londres suelen ser bastante frías. Cruzamos el patio hasta llegar a las puertas del comedor, donde nos esperaban Robbert, el jefe de estudios y el conserje, el Señor Brown.
Nos abrieron la puerta y nos dieron las instrucciones para fregar y tal, pasaron 15 minutos hasta que se fueron y nos quedamos Ana y yo solos. 

«Narra Ana»
Louis y yo bajamos las escaleras conjuntamente. Me ovillé en mi chaquetón para estar más calentita y caminé con Louis, que llevaba sus cascos puestos, por el patio. 
Escuché risas en un banco situado en la esquina menos visible del patio, Louis no debió oírlas por los cascos. Giré la cabeza por curiosidad, para ver de quién se trataba, y vi a Maggie sentada a horcajadas sobre un chico, al que no reconocí porque ella lo tapaba.
Los ignoré, tampoco me interesaban Maggie y sus novios. El señor Brown, un tipo agradable que no se parecía en nada al jefe de estudios, nos abrió la puerta de los comedores y nos dieron indicaciones de como limpiar.
Me quité el chaquetón y lo solté en un rincón para que no molestara.
Tras limpiar el comedor, Louis y yo nos dividimos el trabajo; a él le tocó la cocina y el pasillo y a mí el patio entero.
Salí con el cepillo a la congelación de la calle, y barrí todo el área que pude evitando acercarme a donde estaba Maggie. Después de media hora de trabajo más, me era imposible seguir barriendo sin acercarme a ese banco. Suspiré y comencé a barrer de espaldas al banco, evitando mirar hacia allí y concentrándome en barrer, y solo en barrer. 
-¡Ana! -me gritó el chico que estaba con Maggie.
Su voz no me sonaba nada, el sonido estaba distorsionado por los efectos del alcohol. Maggie y su chico iban muy borrachos.
Lo ignoré y seguí barriendo.
-¡Ven Ana! -volvió a gritarme.
Suspiré y lo volví a ignorar.
Escuché a Maggie y al chico levantarse del banco y caminar hacia donde yo estaba. Mi primer instinto fue el de alejarme de ellos, pero el chico que la acompañaba era mas rápido que yo y me agarró por el brazo, obligando a que me girara hacia él.

Su aliento apestaba a alcohol, su pelo estaba despeinado, sus labios manchados del color del pintalabios de Maggie y sus ojos completamente rojos. Parecía Harry, pero no era él del todo, su cuerpo era el mismo, pero su mente estaba fuera de sí, debido al alcohol.
-¿Por qué corrías? -Harry me apretó la muñeca y se acercó más a mí.
Aparté la cabeza, no podía soportar su aliento.
-Contéstame. -dijo apretándomela mas.
Se me saltaron las lágrimas debido al dolor. Dolor de ver a Harry en ese estado, dolor en la muñeca y dolor de verlo con Maggie.
-No lo sé, Harry. -contesté.
-Yo sí. -me dijo. -Ibas con Louis.
Pasaron unos segundos hasta que volvió a hablar.
-¿Sabes qué? Hoy me he peleado con él, ya no es más mi amigo. Ni él ni ninguno de los chicos. Ni siquiera tú. No sé que pude ver en ti. -Harry escupió cada palabra en mi cara y se rió. Luego se fue dando tumbos agarrando a Maggie por la cintura.

Dicen que los borrachos son como los niños pequeños, siempre dicen la verdad en la cara sin pensar lo que están diciendo. Si esto es verdad, yo no solo estoy muerta para Harry, sino también los demás chicos. Había echado a perder una amistad entera en menos de dos semanas. Me apoyé contra el tronco de un árbol y comenzé a llorar.
Yo lo había dado todo esa misma tarde por defender a Harry de Maggie, y ahora andaban juntos un viernes de fiesta, mientras yo estaba castigada por él, grité de frustración y corrí al banco donde habían estado sentados. Cogí la botella de alcohol vacía y la estrellé contra el suelo, convirtiéndola en miles de pequeños y afilados trozos de cristal. Llorando, me senté en el cemento y apoyé la cabeza en mis rodillas. 
No sé cuanto rato estuve sentada en el suelo, pero cuando Louis corrió hacia mí y me levantó en sus brazos, yo temblaba de frió y no sentía ninguna parte de mi cuerpo. Me llevó a su habitación, que estaba vacía, Harry debía de haber pedido un traslado, y me acostó en su cama. Después salió a recoger el estropicio que había formado yo tirando la botella al suelo, y regresó a los diez minutos.
Se quitó la ropa de espaldas a mí, y se puso su pijama, tenía muchos dibujos de zanahorias, intenté reírme, pero me salió un quejido y acabe tosiendo sin poder parar. Louis sacó otra manta de su armario y la echó encima de la cama. Después se acostó a mi lado y me abrazó para que entrase en calor.
-¿Que ha pasado allí fuera? -me preguntó preocupado.
-Nada, solo que vi a Harry con Maggie. Iba muy borracho y me dijo que ya no quiere saber nada de nosotros, ni de los demás chicos. 
Traté de impedir que saliera un sollozo de mi garganta, pero no lo conseguí y rompía llorar nuevamente. Louis me abrazó más fuerte y me dio un beso en la frente.
-No llores, veras como se le pasará. Ahora duerme.
Confié en que las palabras de Louis fueran ciertas, y poco a poco entré en calor y me quedé dormida.
Me desperté a la mañana siguiente. Louis no estaba en la habitación. Cuando me levanté de la cama, una nota que había encima de esta cayó al suelo. La recogí. Era de Louis.