viernes, 11 de enero de 2013

DARE TO DREAM - CAPÍTULO 13


«Flash back de Louis»
Ambos paramos de correr, y me apoye sobre la pared que separaba dos andenes.
-Pensé que sería bonito despedirme de ti en el mismo sitio donde te encontré. 
Ella se apoyó en el muro a mi lado, sonreía de medio lado y con la vista fija en el suelo, lo que hacía más adorable.
Eres genial, ¿sabes? -continué diciendo.
Levantó la cabeza y clavó sus ojos en los míos. Eran azules y tenían una veta amarilla que rodeaban el centro del ojos, no podía despedirme de ella así sin mas, me gustaba demasiado. Me aparté de la pared y me coloqué frente a ella. No recuerdo haberle ordenado a mi cerebro que la besara, pero segundos más tarde me encontraba envolviéndola con mis brazos, y ella envolviéndome a mí en los suyos. La besé tiernamente hasta que alguien me dio unos toques en el hombro. Rodeé la cabeza y ahí estaba el señor Wibley, el oficial que vigilaba King Cross desde hace cinco años, estaba mirándonos satisfecho de habernos interrumpido.
-Este no es sitio, caballero. -Me dijo. -Y usted, -Esta vez se refirió a Ana. - Ya van dos veces hoy.
Se alejó de nosotros y cuando estuvo a cierta distancia, volví a girarme hacía Ana.
-Tengo que irme ya, he quedado con un amigo. -dije.
-¿Ese amigo es Harry? -me preguntó.
Me quedé con la mirada perdida unos segundos, pensando en la chica que me iba a perder por Harry.
-Si -contesté. 
Mi voz sonaba triste y apagada.
-Y le gustas mucho, no me perdonaría si yo saliera contigo -le dije.
Nuestras miradas volvieron a encontrarse, esta vez, sus ojos no derramaban alegría, sino tristeza. Supuse que mis ojos eran como un reflejo amplificado de los suyos. No quería irme sin volver a sentir sus labios con los míos, así que volví a inclinar mi cabeza hasta que nuestras frentes se tocaron, cerré los ojos y le dio otro beso, esta vez corto. Corto pero intenso.
-Por lo que pudo haber sido, y no fue. -dije apenado.
Le acaricié la cara por última vez y le sonreí. Después me marché corriendo de la estación, con lágrimas en los ojos que amenazaban con comenzar a caer.
[...]
Solo me faltaban unos 70 metros para llegar al local donde había quedado con Harry, que ya estaba esperándome apoyado en la puerta. Verlo me hizo sentir rabia y frustración. Me acerqué a él y lo saludé con la mano. El hizo lo mismo.
-Hey tío, -dijo. -Estoy pensando en llamar a Ana, ya sabes, la chica que conocí.
Escuchar su nombre en la boca de Harry me dolía, pero tragué saliva para deshacer el nudo de mi garganta y disimulé.
-¿Para qué? -pregunté.
-Ehh, tu ya me conoces.. -empezó a decir Harry. -Quedar, tomar algo, un paseo por el parque, ir a casa...
-Y acostarte con ella. -concluí yo.
Harry asintió. 
En ese momento le hubiera clavado un cuchillo en la barriga, por muy amigo mío que sea, Ana me gustaba, y no iba a dejar que el idiota de Harry le hiciera daño.
Me deshice de él como pude y regresé a mi piso. Me encerré en mi habitación, la cual estaba vacía, a excepción de la cama, ya que tenía que mudarme a la residencia de la escuela.
Cogí el móvil y marqué el número de Ana. Sonaron cuatro pitidos hasta que lo descolgó.
-¿Dígame? -preguntó nada mas cogerlo.
-Me. -contesté riéndome.
-¡Louis! -dijo riéndose ella también. -¿Que pasa?
-Nada, solo quería saber si te gustaría que volviéramos a vernos.
Pasaron tres segundos hasta que me contestó.
-Eh..claro que sí, pero ¿y Harry?
-En el amor no hay lugar para los amigos. -dije con aire filosófico.
Ella se rio.
-Esta bien, ¿dónde nos vemos? -me preguntó.
-¿Te parece bien que vaya a verte a tu casa?
-Si, ¿sabes cómo llegar?
-Oh si, Harry me contó cómo te conoció con todo lujo de detalles.
Los dos nos reímos.
-Bueno pues, hasta mañana Louis, te espero.
-Hasta mañana preciosa.

Tiré el móvil a un lado de la cama y me eché boca abajo sonriéndole a la almohada como un estúpido. Ya no me importaba Harry, él y sus rollos solo nos metían en problemas. Siempre era igual: Harry conocía a una chica, quedaban, las traía al piso que compartíamos todos los chicos, se acostaban y por la mañana Harry se largaba y nos dejaba a nosotros el consolar a la pobre y tonta chica que había caído esa vez en su cama. Pero esta vez no, Hazza no se iba a salir con la suya.
«Fin Flash-back»

Me quedé mirando la litera de Harry, este se había quedado en silencio, pero no estaba dormido, lo sabía porque de vez en cuando lo escuchaba girar sobre la cama para coger su móvil de la estantería que tenía al lado.
-Harry. -le llamé.
Esperé pacientemente durante un minuto, hasta que finalmente, mi amigo suspiró, volvió a girar sobre la cama y se asomó por el borde.
-¿Que quieres? -me preguntó.
-Solo decirte que no me siento orgulloso de haberle pedido salir a Ana a tus espaldas, pero no me arrepiento de haberlo hecho.
A Harry le temblaban las facciones de la cara, seguramente del enfado. Mi vista se había acostumbrado a la poca luz que entraba por la ventana, por lo que veía todo con claridad. Harry se rio irónicamente.
-¿Ah sí? -Me dijo Harry entrecerrando los ojos. -Y dime, ¿que se siente al quitarle la novia a tu amigo?
-Oye tío, quizás sea mejor así. Piénsalo, si hubierais salido, puede que ahora ella te odiara como lo hacen todas con las que te acuestas.
-Con Ana es diferente, ella me gusta de verdad. -Me dijo.
-¿Si? ¿Cuántas veces nos has dicho eso ya? -le contesté, echándole en cara sus malas decisiones.
-Da igual, no tenías derecho. No trates de quedar bien conmigo ahora. No eres mi amigo Louis, ya no.
Harry se bajo de su litera de un salto y se fue hacia la puerta. Salió y cerró de un portazo. 
Seguramente haya ido a la habitación de Liam, Niall y Zayn, que compartían una de tres. Yo seguí echado en mi cama escuchando música hasta que sonó la alarma del móvil, que indicaba la hora a la que tenía que ir a cumplir el castigo.
[...]
Ana se había puesto un chaquetón impermeable con el interior lleno de pelo para evitar resfriarse, ya que las noches en Londres suelen ser bastante frías. Cruzamos el patio hasta llegar a las puertas del comedor, donde nos esperaban Robbert, el jefe de estudios y el conserje, el Señor Brown.
Nos abrieron la puerta y nos dieron las instrucciones para fregar y tal, pasaron 15 minutos hasta que se fueron y nos quedamos Ana y yo solos. 

«Narra Ana»
Louis y yo bajamos las escaleras conjuntamente. Me ovillé en mi chaquetón para estar más calentita y caminé con Louis, que llevaba sus cascos puestos, por el patio. 
Escuché risas en un banco situado en la esquina menos visible del patio, Louis no debió oírlas por los cascos. Giré la cabeza por curiosidad, para ver de quién se trataba, y vi a Maggie sentada a horcajadas sobre un chico, al que no reconocí porque ella lo tapaba.
Los ignoré, tampoco me interesaban Maggie y sus novios. El señor Brown, un tipo agradable que no se parecía en nada al jefe de estudios, nos abrió la puerta de los comedores y nos dieron indicaciones de como limpiar.
Me quité el chaquetón y lo solté en un rincón para que no molestara.
Tras limpiar el comedor, Louis y yo nos dividimos el trabajo; a él le tocó la cocina y el pasillo y a mí el patio entero.
Salí con el cepillo a la congelación de la calle, y barrí todo el área que pude evitando acercarme a donde estaba Maggie. Después de media hora de trabajo más, me era imposible seguir barriendo sin acercarme a ese banco. Suspiré y comencé a barrer de espaldas al banco, evitando mirar hacia allí y concentrándome en barrer, y solo en barrer. 
-¡Ana! -me gritó el chico que estaba con Maggie.
Su voz no me sonaba nada, el sonido estaba distorsionado por los efectos del alcohol. Maggie y su chico iban muy borrachos.
Lo ignoré y seguí barriendo.
-¡Ven Ana! -volvió a gritarme.
Suspiré y lo volví a ignorar.
Escuché a Maggie y al chico levantarse del banco y caminar hacia donde yo estaba. Mi primer instinto fue el de alejarme de ellos, pero el chico que la acompañaba era mas rápido que yo y me agarró por el brazo, obligando a que me girara hacia él.

Su aliento apestaba a alcohol, su pelo estaba despeinado, sus labios manchados del color del pintalabios de Maggie y sus ojos completamente rojos. Parecía Harry, pero no era él del todo, su cuerpo era el mismo, pero su mente estaba fuera de sí, debido al alcohol.
-¿Por qué corrías? -Harry me apretó la muñeca y se acercó más a mí.
Aparté la cabeza, no podía soportar su aliento.
-Contéstame. -dijo apretándomela mas.
Se me saltaron las lágrimas debido al dolor. Dolor de ver a Harry en ese estado, dolor en la muñeca y dolor de verlo con Maggie.
-No lo sé, Harry. -contesté.
-Yo sí. -me dijo. -Ibas con Louis.
Pasaron unos segundos hasta que volvió a hablar.
-¿Sabes qué? Hoy me he peleado con él, ya no es más mi amigo. Ni él ni ninguno de los chicos. Ni siquiera tú. No sé que pude ver en ti. -Harry escupió cada palabra en mi cara y se rió. Luego se fue dando tumbos agarrando a Maggie por la cintura.

Dicen que los borrachos son como los niños pequeños, siempre dicen la verdad en la cara sin pensar lo que están diciendo. Si esto es verdad, yo no solo estoy muerta para Harry, sino también los demás chicos. Había echado a perder una amistad entera en menos de dos semanas. Me apoyé contra el tronco de un árbol y comenzé a llorar.
Yo lo había dado todo esa misma tarde por defender a Harry de Maggie, y ahora andaban juntos un viernes de fiesta, mientras yo estaba castigada por él, grité de frustración y corrí al banco donde habían estado sentados. Cogí la botella de alcohol vacía y la estrellé contra el suelo, convirtiéndola en miles de pequeños y afilados trozos de cristal. Llorando, me senté en el cemento y apoyé la cabeza en mis rodillas. 
No sé cuanto rato estuve sentada en el suelo, pero cuando Louis corrió hacia mí y me levantó en sus brazos, yo temblaba de frió y no sentía ninguna parte de mi cuerpo. Me llevó a su habitación, que estaba vacía, Harry debía de haber pedido un traslado, y me acostó en su cama. Después salió a recoger el estropicio que había formado yo tirando la botella al suelo, y regresó a los diez minutos.
Se quitó la ropa de espaldas a mí, y se puso su pijama, tenía muchos dibujos de zanahorias, intenté reírme, pero me salió un quejido y acabe tosiendo sin poder parar. Louis sacó otra manta de su armario y la echó encima de la cama. Después se acostó a mi lado y me abrazó para que entrase en calor.
-¿Que ha pasado allí fuera? -me preguntó preocupado.
-Nada, solo que vi a Harry con Maggie. Iba muy borracho y me dijo que ya no quiere saber nada de nosotros, ni de los demás chicos. 
Traté de impedir que saliera un sollozo de mi garganta, pero no lo conseguí y rompía llorar nuevamente. Louis me abrazó más fuerte y me dio un beso en la frente.
-No llores, veras como se le pasará. Ahora duerme.
Confié en que las palabras de Louis fueran ciertas, y poco a poco entré en calor y me quedé dormida.
Me desperté a la mañana siguiente. Louis no estaba en la habitación. Cuando me levanté de la cama, una nota que había encima de esta cayó al suelo. La recogí. Era de Louis.

6 comentarios:

  1. Quiero decirte que hoy me he leido todos tus capis y que me encanta!! nueva lectora fiel aqui besitos

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    1. Omg, muchas gracias*-* skdmdlaskjdfdjss.
      *Lloro de la emoción*
      Ah, y perdón por contestar tan tarde, no se dónde es para ver los comentarios :3

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  2. Acabo de descubrir tu novela y me e leido todos los capitulos de golpe y me an encantado!! :)) siguientee
    PSD:nueva lectora :3

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    1. Aaslkdlsjfldfdkjg, eres un amor*-*
      Muchas gracias, en serio, esta novela significa mucho para mi :'D

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